Alberto Heller y Marc Martí empezaron el Rally de Osorno a los tropiezos con problemas eléctricos incluso antes de largar la primera prueba especial del día viernes. El Citroën C3 R5 del equipo Joker retomó la carrera a partir de la segunda jornada, a partir de lo cual las cosas fueron más positivas.
¿Cuál es la sensación que te dejó tu paso por la Región de Los Lagos?
Aunque comenzamos complicados, al final lo pasamos bien en Osorno. La cantidad de público que hubo era muy linda de ver desde adentro. Fue grato recuperar una plaza importante para el calendario como esa, que siempre debería estar. Antes de largar, creía de verdad que yo era candidato a ganar porque el Citroën se venía comportando muy bien. Lo que pasó es que para el Shakedown le cedí mi auto a Pedro, cuyo C3 en ese instante corría el riesgo de no recibir a tiempo unos repuestos sencillos, pero que le hacían falta; cableado eléctrico, por ejemplo, que tienen que ver con la dificultad para reponer piezas a tiempo por logística en pandemia, etc. Realmente quise hacerlo, priorizando que él ha sumado puntos. Me quedó con una máquina que no estaba diez puntos, pero para la primera etapa cargué elementos como cables, bobinas y otras partes similares por las dudas, asumiendo que podrían aparecer inconvenientes. Ya en el enlace a la PE1 nos demoramos y, aunque cambiamos las cuatro bobinas, llegamos por 30 segundos a la largada. Desde ahí, el control de salida falló, el motor no trepaba más de 5.000 RPM y tomé la decisión de no continuar así. Cuando más tarde Vicente Israel abandonó, me pasó parte de sus repuestos y pude seguir adelante el resto del fin de semana. Durante sábado y domingo, con la huella que dejaban los RC4 y yo partiendo primero en la ruta, era complicado hacer buenos tiempos.
¿Y qué dirías del resto de las fechas en las que has participado hasta ahora?
Recuerdo que mi temporada 2018 tanto en Chile como en el exterior fue positivas. Diría que la de 2019 también. Este año, haciendo una autocrítica, me costó organizarme bien porque no puse la misma dedicación. De las carreras que hice por el Campeonato del Mundo WRC3, sin embargo, quedé conforme con el ritmo alcanzado en ciertos tramos. La cantidad de empeño que se precisa para lograr resultados excepcionales es inmensa y recién ahora estoy retomando mi rutina más ordenada, disponiendo de un buen auto y un buen equipo, así que espero reencausarme en 2022.
¿Qué se espera de tu futuro?
Para este año, tenía presupuestado hacer algunas fechas mundiales, pero diversos factores me llevaron a quedarme más en el país. En el equipo, también nos faltó organizarnos mejores, además de que la pandemia complicó algunas tareas. Nuestro ingeniero Lewis Allen se perdió un par de eventos ante la imposibilidad de viajar. Entonces, desde agosto, me concentré en el ámbito nacional. Reconozco que hay escuadras rivales que están haciendo todo de maravillas y obtienen resultados en consecuencia. En lo que respecta a Joker, la próxima temporada queremos salir a buscar el título Copec RallyMobil™. Nos están llegando partes nuevas de suspensión y otras áreas para los Citroën en lo previo a Casablanca II haremos una prueba de dos días.
¿Estuviste atento a la definición del torneo mundial el fin de semana último?
Sí. Sébastien Ogier es uno de mis pilotos favoritos y está claro que merecía ser campeón otra vez. Conozco a Elfyn Evans y también sé que es humilde y posee muchas condiciones. Pienso que el año que viene podría ser suyo. Derrotar a Ogier en tiempos recientes ha sido igual de difícil que hacerlo en su momento con Sébastien Loeb. En cuanto a las otras clases, me apenó que Marco Bulacia y Marcelo Der Ohannesian no accedieran al subcampeonato WRC2 porque realizaron una gran labor en la mayoría de los rallies en los que se presentaron.