Así como el Citroën C3 Rally 2 fue la máquina que consagró en la clase RC2 Pro del campeonato Copec RallyMobil a Alberto Heller, en la subdivisión RC2 también el producto francés fue el modelo dominante.

Al final, Emilio Rosselot y Tomás Cañete se calzaron en diciembre en la Región del Biobío la corona de piloto y copiloto con la unidad que estrenaron allí mismo en marzo.

Sin embargo, durante gran parte de la temporada, fueron Germán Lyon y Sebastián Vera sobre el coche asistido con esmero y perseverancia por Jadaf Competición quienes comandaron las acciones en materia de puntos.

Eso sucedía por diversos factores. Mientras Rosselot padecía algunos problemas técnicas o salidas de camino, Lyon buscaba escaparse hasta un poco después de mitad del torneo. Hasta entonces, había ganado en Calle Larga y Quillón y empatado con su principal adversario en Los Ángeles.

En la última parte del calendario, esa situación se revirtió y los resultados empezaron a cambiar a favor del viñamarino, que incluyó en sus logros dos podios generales que, por ende, fueron triunfos en esta clase, Biobío 1 y Chillán Viejo, a los que posteriormente se sumaron los de Osorno y Biobío 2.

Por el lado de Monster Pro Circuit, Vicente Israel sumó puntos con su Citroën en la primera fecha, antes de interrumpir su campaña. De las otras marcas participantes, Škoda y Mitsubishi, solo Gerardo Rosselot pudo imponerse una vez con su Mirage R5 (en La Unión-Rio Bueno).

Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos