Haber empezado la temporada 2023 en la clase RC2 del campeonato Copec RallyMobil regresando al podio después de unos cuantos meses ha sido una gran manera de que el equipo Monster Procircuit recupere su motivación.

Ese es un caso notorio en el rendimiento de Benjamín Israel, que ya no corre solo como en la última parte del año pasado, sino que tiene en Germán Lyon y Sebastián Vera a una entusiasmada dupla en condición de compañeros de escuadra.

El mismo Israel ha evidenciado excelentes parciales en las dos primeras fechas del calendario a bordo de su Citroën C3.

¿Qué tan conforme estás con este inicio del torneo?

Venimos bien porque estamos en ascenso. Para 2023, me propuse recuperar la confianza en mí mismo y en el equipo. Empezamos por armar un buen personal que nos ayuda a creer que lo mucho que resta aún de la temporada puede ser favorable para nosotros. Queremos llegar bien parados a la fecha que es al mismo tiempo nacional y mundial a fines de septiembre. En la primera edición (2019) tuve la mala suerte de abandonar el viernes, es decir en la primera jornada, así que esta vez quisiera terminar con una historia más agradable. Después de todo, me gustaría emular un poco a lo que en una oportunidad logró mi padre, Claudio, cuando ganó la clase A6 en la prueba mundial de Argentina en 1988 con un Toyota Corolla 1.6. De paso, no está de más mencionar que para una cita tan importante, me gustaría mucho que se anote mi hermano Vicente.

¿Hay algo en particular que te lleva por ese camino?

Puede ser que esto se deba a haber hecho un cambio drástico en la estructuración de Monster Procircuit. Venía de años en que no dábamos con puestas a puntos acordes al rendimiento del auto. Eso influyó anímicamente en mí, en cierta forma, aunque es una etapa que quedó en el pasado. Ahora, nuestros ingenieros y mecánicos demuestran todos más intención de ir por esta misma senda de progreso. También he tenido que privarme de seguir conduciendo con un estilo que era natural para mí, tendiente a lo espectacular, a lo agresivo, pero que en algunos sectores no era tan efectivo. Ya en Los Ángeles, en la mayoría de los tramos me sentí tan cómodo al volante como en épocas anteriores. Físicamente, me entreno mucho en las motos de Cross y Enduro, como es característico de toda nuestra familia. Además, es lindo ver cómo la categoría está atravesando por un período de competitividad muy alto, en el cual varios participantes pelean por un tramo, una etapa o un rally completo separados por diferencias pequeñas. En Los Ángeles, subimos al podio, así que todos estamos motivados. Yo mismo encuentro las ganas de correr de mis mejores momentos. También es positiva la relación entablada dentro y fuera del Citroën con mi navegante, Matías Ramos, porque ya largamos muy afiatados cada evento. Cuando el que fue largamente mi copiloto, Marcelo Der Ohannesian, se fue a vivir a Europa, le pedí que me sugiriera un par de nombre alternativos, incluyó el de Matías. Estaba en lo cierto.

Falta muy poco para el Rally de Chillán. ¿Cómo esperan ustedes esta tercera fecha?

Los dos C3 están en proceso de armado porque estuvimos revisando buena parte de sus elementos. El miércoles previo a la largada tenemos programado un ensayo junto a Germán, asegurándonos de que todo esté en orden.

Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos