En 2021, Patricio Muñoz ya era el campeón vigente entre los competidores con autos de tracción simple, considerando que en 2019 se había alzado con el cetro de la clase R2. El año pasado, lo que hizo fue renovar sus pergaminos. Se valió para ello de un vehículo 0 km., un Peugeot 208 Rally4 que fue uno de los dos primeros en ingresar a América del Sur.

Lo estrenó en Rinconada-Los Andes con un triunfo, al que le siguió otro consecutivo en la primera visita a Casablanca y otro, de muy valiosa cosecha recogidos, en Osorno, fecha de tres etapas y con puntaje doble.

En dicha ocasión, se repuso de un inesperado golpe en Quillón cuando faltaba poco para terminar la carrera y mientras marchaba en punta. En la otra prueba de Casablanca, en diciembre, tuvo mala suerte en la primera etapa al embestir una roca, pero volvió a la carga en la segunda para asegurar su condición de líder de la categoría.

También salió airoso del hábito de llevar como navegante a Miguel Recalt, ya que en dos ocasiones el cordobés no pudo viajar a Chile y fue suplantado por Juan Cruz Varela y por Fabián Cretu. A falta de uno, el volante de Concepción radicado en Santiago se quedó con dos títulos, el de RC4 que engloba a todos los participantes con autos de dos ruedas motrices y el de Rally4, específico para los coches de última generación como el suyo (3 cilindros, 1.2 turbo).

Muñoz destacó: “Empezamos la temporada con las dificultades propias de la situación sanitaria, con mucho protocolo y complicaciones como la provisión de repuestos y los viajes de los copilotos, por ejemplo. Si bien no conocía en profundidad a este nuevo 208, sus primeras sensaciones me resultaron muy satisfactorias, así que eso contribuyó a llevarme bien con mi medio mecánico. Traté de ir sacándole provecho kilómetro a kilómetro y de sumar varios puntos al principio, para llegar bien posicionado en ese sentido a fin de año. Tres victorias en cinco eventos puntuables nos dejan muy conformes, sobre todo porque obtuvimos buenos parciales en zonas distintas, andinas y forestales, en rallies que requerían un ritmo más alto por ser más cortos, así como en Osorno, que fue mucho más largo y rápido. Miguel fue otra vez papá hace un mes y siempre es un placer correr con él, aunque debo decir que Varela y Cretu también hicieron una gran labor cuando les tocó venir en su lugar. Felicito a mis compañeros de categoría, porque se adaptaron pronto a sus máquinas y porque mantenemos una sana camaradería cuando nos bajamos. Ahora espero con ansias estrenar otra unidad completamente nueva en las fechas especiales que se harán en 2022 en el Gran Concepción y en la región de Biobío en general, de donde soy”.