Felipe Arenas tiene 25 años y, como Jorge Martínez o Patricio Muñoz, es nacido en Concepción, donde estudia y reside.

El penquista se apresta a debutar a nivel nacional en el campeonato Copec RallyMobil™ tras haber registrado su inscripción en la clase R2 con un Peugeot 208 para la primera fecha puntuable prevista para principios de agosto.

Arenas reparte su tiempo entre la actividad automovilística y sus compromisos universitarios, de los cuales pronto se librará al graduarse, ya que cursa séptimo año de Medicina. Al especializarse en internaciones, desde hace algunos meses Felipe hace una pasantía en su ciudad, concretamente en el Hospital de San Fernando.

Para acceder al que será su ingreso al ámbito de los rallies nacionales, Arenas adquirió el Peugeot 208 que era de Luis Núñez y que ahora quedará bajo la atención de su propio equipo, una estructura familiar como tantas, llamada Megaflitros Rally Team en honor a la empresa de su padre, que lleva su tiempo en la comercialización de filtros y lubricantes para todo tipo de vehículos.

¿Cómo te vinculaste a la categoría?

Porque mi padre, Julio, compitió en categorías regionales de pista durante bastante tiempo cuando yo era niño. Obviamente, no me perdía sus carreras, que me gustaron desde siempre. Cuando me tocó el turno, empecé en 2017 en el torneo de Biobío con un Nissan March N2 y la gran la fortuna de que mi papá me navegara unas cuantas veces. Él me enseñó muchos de los secretos de estar arriba de un coche de Rally. Esa misma temporada, quedamos terceros en los puntos, lo cual fue una alegría.

¿Qué hiciste posteriormente?

Cambié de medio mecánico al pasarme en 2018 al Suzuki SX4 que pertenecía a Jorge Arévalo, el útimo campeón N3 que tuvo Copec RallyMobil™. Largué en esa clase pruebas en mi región y también de Avosur. Nos afectaron algunos problemas técnicos, así que los resultados no salieron como esperábamos. Meses más tarde, subí como copiloto a Andy Salvo por su experiencia en la materia. Lo hice para seguir formándome y creciendo en lo referido a ese trabajo tan meticuloso que se hace desde la butaca derecha. En mi segundo año, acabé otra vez tercero en el campeonato de Biobío. En 2019, me mantuve en la N3, pero ya con el Mitsubishi Lancer RGT N3 que era del argentino Jonathan Bastidas, quien ahora participa en el plano nacional en mi misma división. Iba asimilando detalles y potenciando mi conducción, además de conocer un poco más los caminos. Dicho sea de paso, Arévalo nos ayudó mucho en este sentido. Matías Améstica también colaboró y es otra de las incorporaciones a la especialidad, pues tiene previsto ser navegante de Mario Parra. Recuerdo, además, las manos que me dio Sebastián Silva, aconsejándome y portándose como un amigo en más de un entrenamiento con ese Lancer. El estudio a veces me impedía participar del ciento por ciento de las fechas que quería y por eso el aporte de toda esta gente cobraba un valor inmenso para mí.

¿Qué nos puedes contar de tu presente?

Siempre me gustaron los R2 y tenía ganas de hacer experiencia en Copec RallyMobil™ antes de que pase más el tiempo. Entonces, consideramos que éste era el momento y le compramos el 208 a Núñez. Con Salvo ya hemos probado un par de veces para irnos adaptando porque se trata de un vehículo distinto a lo que estaba acostumbrado. Eso fue en Pyt’s Park y me quedé con las ganas de manejar un rato más. Después, traje el Peugeot a Concepción, donde me subí de nuevo, ya con mi copiloto procedente de Villarrica. Anduvimos por caminos privados cerca de mi ciudad, trabados y representativos de los eventos de esta zona. Sentimos las reacciones, ajustamos la suspensión, disfruté de su caja secuencial -que era toda una novedad para mí- aprendí a frenar más adentro de las curvas, a regular su potencia y a perfeccionar la hoja de ruta. También he dedicado algunas horas a mirar muchas cámaras a bordo de la categoría.

¿Cuáles son tus objetivos para 2021 y cómo se compone tu escuadra?

Mi objetivo es sumar kilómetros en este auto e ir buscando sus límites poco a poco mientras me voy ubicando con las exigencias de lo que es una fecha del campeonato Copec RallyMobil™, donde tengo pensado hacer todas las fechas, dependiendo un poco de mis estudios. Confirmé a Salvo como navegantes porque me brindaban confianza sus siete años de experiencia, el hecho de que haya sido campeón Biobío N3 2015 con Juan Carlos Chávez, subcampeón nacional N3 2016 con Jorge Monzón y haber corrido junto a un piloto tan querido como Marcelo Pérez, de quien siempre me comenta que fue uno de sus honores más grandes. Llevamos dos temporadas como binomio. El jefe de Megaflitros es mi padre. En la logística ayuda mucho Mauricio Bastidas y en la mecánica un gran profesional como es Emilio Mariani, que está conmigo desde mis inicios, en esta etapa apoyado por Pablo Villivar. Aprovecho para recalcar mi agradecimiento a todos ellos y, especialmente, a toda mi familia, pues mi padre, mi madre (Ingrid), mi hermano y hermana me alientan permanentemente. Estamos todos muy motivados para disfrutar de este proyecto, pero con la cabeza fría porque es una inversión particular, con el sacrificio que eso implica, a la espera de que algún patrocinador se sume a la causa. Voy sin prisa, pero con intenciones de progresar desde Los Andes en adelante.