Elfyn Evans y Scott Martin dominaron una primera etapa del Rally de Portugal que demostró ser brutal para muchos de sus participantes. El galés de Toyota Gazoo Racing aventaja a su compañero de equipo Kalle Rovanperä por 13.6s.

La lucha por la punta desde la mañana fue muy intensa y pronto la carrera se convirtió en una cuestión de supervivencia. El calor, el polvo en suspenso y los caminos secos y rotos hicieron lo suyo para dejar a la vera del camino a muchos de los protagonistas principales desde temprano.

Después de que el Hyundai i20 N Rally1 de Thierry Neuville se impusiera ayer en el superespecial asfaltado de Coimbra, Evans ganó hoy cuatro de los ocho tramos programados con su GR Yaris tras casi 125 kilómetros de velocidad.

Su posición de largada lo benefició en comparación a quienes tenía adelante, como por ejemplo el líder del Campeonato del Mundo, que se manifestó más que contento con terminar la jornada en segunda posición.

El piloto del Toyota número 33 primero desbancó al belga, pero no le resultó sencillo el trámite de carrera al principio, pues Sébastien Loeb lo atacó con su Ford Puma y hasta llegó a superarlo por medio segundo antes de golpear su auto contra un muro y arrancar la rueda trasera derecha en la quinta prueba especial.

Daniel Sordo (Hyundai), en su primer contacto con esta generación de autos, fue tercero y controlaba por 5.2s a un muy eficiente Takamoto Katsuta (Toyota), que podría haber estado incluso en ese lugar de no haber hecho un trompo.

Sébastien Ogier era otro de quienes peleaban por la tercera plaza, pero dos pinchazos en la recorrida de la tarde dejaron al francés sin neumáticos de auxilio.

Igual cantidad de percances similares sufrió Gus Greensmith, solo que no en un mismo sector, con lo cual el británico pudo clasificar quinto al mejor Ford, incluso después de que su habitáculo se llenara de tierra al punto de ser asfixiante.

Con otro Puma de M-Sport, Pierre-Louis Loubet resultó sexto luego de perder algunos segundos al pasare en un cruce durante el penúltimo compromiso del día.

Neuville llegó séptimo y no exactamente conforme. Su i20 N transitó un enlace con dos ruedas destrozadas que terminaron por dañar un eje de transmisión.

Craig Breen (Ford) se retrasó por culpa de una goma rota y al rozar un talud. El irlandés precedió a su compañero Adrien Fourmaux y al Hyundai de Ott Tänak.

Volviendo a los mandos de un coche de la firma surcoreana, Teemu Suninen manda en la clase WRC2. Andreas Mikkelsen venía al frente con su Škoda Fabia antes de la última asistencia, adonde se vio afectado por severos problemas de encendido.

Suninen había marcado el mejor tiempo cinco veces hasta que un pinchazo lo demoró lo suficiente como para que el noruego lo supere por unos 40 segundos antes de la misteriosa falla que le causó una marcada merma de potencia hasta que finalmente se retiró andando en tres cilindros.

A partir de entonces, el finés recuperó el liderato, desde allí sobre el Citroën C3 de Yohan Rossel, su escolta a 17.1s.

Con cuantioso polvo en el habitáculo de su i20 y dos neumáticos pinchados durante la etapa, Oliver Solberg se situó a cinco segundos del galo, distanciándose del Fabia de Kajetan Kajetanowicz. En un instante, el polaco tuvo que parar su máquina porque no veía nada cuando el boliviano Marco Bulacia se detuvo para cambiar una rueda en llanta en la PE6.

Miko Marczyk (Škoda) aparece quinto y luego se escalonan Chris Ingram (Škoda), el paraguayo Fabrizio Zaldívar (ahora con Hyundai en su campaña mundial), el mexicano Benito Guerra (Škoda), Ricardo Teodósio (el mejor local con Hyundai) y Marco Bulacia. Su hermano menor, Bruno, sigue en competencia, pero relegado a la última colocación.

El chileno Emilio Fernández se reenganchará mañana. Hoy debió ser remolcado a la asistencia porque el Fabia de la escuadra Toksport golpeó una zona rota en la PE4 en la que se soltaron las mangueras del radiador. Fernández apagó el motor allí para no provocar consecuencias irreversibles.

Jan Solans (Citroën) padeció inconvenientes con el diferencial, Josh McErlean (Hyundai) con la dirección, Erik Cais (Ford) arrancó una rueda, Eric Camilli (Citroën) tuvo una falencia eléctrica y Georg Linnamäe (Volkswagen) renegó con los frenos, al igual que Eerik Pietarinen (Škoda). De los 40 autos Rally2 que largaron, 27 llegaron al parque cerrado en Matosinhos.

Sami Pajari encabeza las posiciones tanto en la división WRC3 como en la Junior. Cuando éste pinchó una goma, lo pasó Lauri Joona, aunque eso volvería a revertirse más tarde por idénticos motivos.

William Creighton fue otro de los que se quedaron sin ruedas de repuesto, mientras que el keniano Mcrae Kimathi chocó en Mortágua.

Entre los más jóvenes, Pajari luchó con Jon Armstrong. El británico había establecido una buena diferencia con respecto a los demás cuando desertó al romperse un brazo de la suspensión de su Ford Fiesta Rally3. Así, Joona también secundó a su compatriota en esta categoría a 3m38.5s. El estonio Robert Virves fue tercero.

La jornada de mañana podría ser igual o más complicada alrededor de las montañas de los Montes de Cabreira y un tramo urbano costero en Oporto después de 165 km de acción.