Cuando José Tomás Fernández volvió al campeonato Copec RallyMobil en Quillón a fines de julio, lo hizo después de una ausencia bastante prologada, teniendo en cuenta que en 2021 solo había sido de la partida en Rinconada-Los Andes y luego en la fecha de Casablanca de septiembre.

Entretanto, el piloto del equipo Susaron había concentrado su tiempo libre en el rodeo chileno, el otro de sus interesantes principales junto con el automovilismo.

Fernández volvió con su navegante más estable desde 2019, el argentino Carlos Garrafa, quien -entretanto- se había mantenido activo repartiéndose entre algunas pruebas en su país o en Chile mismo con Luis Núñez una vez (Calle Larga con Peugeot 208 Rally4) y con Ignacio Etcheverry dos (Chillán Viejo y Osorno por el torno Avosur con Peugeot 208 R2).

Ver en persona a su Ford Fiesta R2 turbo o a través de las transmisiones televisivas, envuelto en humo de vapor por un inconveniente menor, no hubiera dado la impresión de que esta dupla terminara siendo la ganadora en la subclase que les corresponde, en la cual se impusieron en dos tramos y en el resultado final, aventajando al actual campeón R2 Nicolás Pérez por 1m38.5 segundos, consiguiendo su primer triuinfo en el plano nacional y con solamente nueve participaciones en este certamen.

¿Por qué demoraste tu reinserción en la categoría esta temporada?

Porque, además del Rally, me dedico a otro deporte con los caballos y tuve una agenda comprometida en ese sentido, sin olvidar que me va bien y lo disfruto mucho. Ambos se practican durante fines de semana y muchas veces sus eventos coinciden. Para el automovilismo, quienes más me motivan son mi padre y mi hermano. Como escuadra, logramos alinear el calendario entre todos y así fue que volví, aunque en general faltó la suerte necesaria para que Emilio pudiera defenderse mejor, cosa que no sucedió con la entrega del motor de su Škoda Fabi, cuyo vuelo se demoró un día. El balance personal fue excelente, primero por el éxito obtenido, porque me dio gusto volver al volante, porque nos llevamos estupendamente con Carlos y porque, sin arriesgar demasiado, nos encontramos en los tiempos de punta. Ya en el Shakedown me sentí confiado, contrariamente a lo que se suponía por haber estado parado casi diez meses.

¿Cuál era la causa por la cual tu auto se veía a menudo envuelto en humo?

Ya nos había pasado algo igual en un breve ensayo previo. Cambiamos el turbocompresor, pero en carrera lo hizo de nuevo. Era vapor de agua que algún sello o pequeña pérdida en esa zona tan caliente. Mi tranquilidad es que el episodio lucía mal, pero no afectó en absoluto el rendimiento del Fiesta ni tampoco acusó exceso de temperatura, por lo cual hacíamos sin miedo cada tramo.

¿Cómo seguirían tus planes?

Este fin de semana me caso por iglesia, así que le estoy dando prioridad a eso y a una luna de miel corta que planificamos. A principios de septiembre decidiré si competir o no en Los Ángeles porque la temporada de rodeo da inicio en ese mismo momento. Tengo muchas ganas de no faltar a esa cita porque recuperé la motivación de subirme a este Ford y porque sumamos muchos puntos que me hacen suponer que, con todo lo que hay en juego, podríamos redondear un buen año. Llegado el caso, con certeza no me perdería Osorno ni tampoco La Unión-Río Bueno. Vi que ambas competencias tienen caminos muy bonitos y en 2019 me perdí la primera de ellas por asistir al casamiento del que desde ahora será mi cuñado y el año pasado el rally osornino por otros compromisos.

¿Te gustaría ascender de clase a futuro?

La idea siempre está. No hace mucho estuve analizando modelos Rally4. Si el año que viene continúo en Copec RallyMobil, seguramente iría para ese lado. No quería ser tan redundante con un Peugeot, así que estuve observando el Opel Corsa y conversando acerca de los detalles del Renault Clio. El ingeniero de Emilio trabajó en el desarrollo de esos ejemplares. Por otro lado, como estoy conforme con el Fiesta, no descarto uno de esos con esa preparación.

Fotos: Luis barra/Cristian Lagos