Aunque pasaron por algunos traspiés que a otros de pronto hubieran acobardado, en el equipo Luver siempre tuvieron la intención de demostrar su capacidad tanto para salir del trance como de ratificar las condiciones de Diego Maldonado (h) al volante de auto de Rally.

Así, los contratiempos de mediados de temporada en el Ford Fiesta R2 turbo de la escuadra con asiento en Puerto Varas dieron lugar a un muy buen cierre de año en Osorno, donde el piloto sureño y su también joven navegante, Matías Améstica, terminaron el ciclo deportivo 2023 con un merecido triunfo.

La veloz carrera en la Región de los Lagos los tuvo como ganadores de cuatro de los siete tramos programados para la primera etapa, frente a la difícil oposición del ya consagrado campeón Felipe Arenas (Peugeot 208 1.6), mientras que al día siguiente quedaron invictos, imponiéndose en todo momento.

Esa gran tarea implicó ganar ambas jornadas y 11 de 14 pruebas especiales (incluyendo el Power Stage en Puloyo Alto, de muy alto promedio).

Maldonado se llevó de allí la mayor cantidad disponible de puntos, los que le sirvieron avanzar a un buen cuarto puesto final en el certamen, a solo ocho unidades de Kristian Domke, pero -paradójicamente- apenas en la segunda competencia en que la suerte le daba la posibilidad de sumar. La anterior había sido En Laja y San Rosendo, donde también subió al podio (tercero).

Diego Maldonado (padre), en su carácter de coordinador del equipo, expresó: “Para llegar a este grato cierre de temporada, pasamos por el proceso de conformación de Luver Motorsport que, al margen de ser una estructura básicamente familiar, fue posible gracias a una figura fundamental dentro de la escudería como es Eduardo Vergara, responsable de la empresa Luver Lubricantes, nuestro principal auspiciador. Eduardo confía mucho en la capacidad de Diego, así como en su dedicación a la par de estar estudiando una carrera universitaria exigente en Santiago. A principios de año, compramos el Fiesta con Luver y tuvimos que empezar a conocerlo y a descubrir sus puntos débiles, al tratarse de un ejemplar usado. La mayoría de los inconvenientes que atravesamos, y que nos impidieron estar más arriba en el campeonato, fueron eléctricos. Nos llevó una cantidad increíble de horas analizando los manuales para ir descubriendo las fallas. Mi hijo y mi hija Catalina también contribuyeron, por supuesto, lo mismo que los mecánicos Marcos Riveros, Marcos Toledo y Diego Cárdenas, quien con solo 18 años, ya demuestra su conocimiento en el tema y es un apasionado que dio en la tecla con los problemas más recientes. Entre las personas que se agregan a lista de quienes nos han ayudado invalorablemente están, además, Miguel Braatz y su familia, armando y desarmando la unidad y, sobre todo, lo que tiene que ver con las suspensiones.  En Osorno, Diego y Matías demostraron un temple especial arriba del Ford, se mantuvieron a buen ritmo sobre el camino y, como de costumbre, trabajaron impecablemente a la par con las cámaras a bordo y reuniéndose por teléfono y videollamadas desde sus respectivas ciudades, a menudo sacando tiempo de la galera porque para mi hijo el estudio es primordial. Ahora que sabemos cómo poner a punto el vehículo, le haremos un mantenimiento completo y lo alistaremos lo mejor posible para intentar salir a la caza del título en R2. Como es normal, dependemos del patrocinio y algo más de apoyo, como el que ya tenemos de parte de Difor, Services Truck, Paradise Restaurant, Cecinas Braunau. Estamos en eso, ya que nos gustaría continuar en este deporte tan lindo a nivel nacional y no desperdiciar el talento que los chicos han probado sobre el coche”.

Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos