Tras algunos infortunios en Arauco, Felipe Arenas y Sebastián Arancibia volvieron a los primeros planos de la clase RC4 del campeonato Copec RallyMobil el fin de semana pasado en Quillón.

El médico penquista bien pudo ser escolta del ganador, Ignacio Gardiol. Sin embargo, llegó tercero. El segundo, Mario Parra, tuvo problemas en los frenos y pinchó dos veces un neumático trasero, pero Arenas sufrió una mañana con una caja de velocidades sin cuarta; ciertamente, una de las marchas más usadas en este tipo de caminos.

Cuando llegó a la asistencia del equipo Megafiltros al mediodía del domingo, pronto se abocaron a desafiar la media hora que tenían allí para trabajar con el pesado cambio de ese elemento. Lo hicieron en 25 minutos, pero un sensor caprichoso le hizo perder tiempo a la tripulación, que entregó tres minutos tarde su máquina al control horario, recibiendo por ello 30 segundos de penalización que le costó el tercer puesto (siendo que la diferencia con su predecesor fueron 15s).

En la frenética labor de la escuadra dirigida por Julio Arenas, colaboraron Pablo Villivar y sus mecánicos de Villicar Competición, los propios de Megafiltros y sus vecinos y amigos del Pacific Rally Team, mientras que Parra -siendo su rival- le facilitó lo técnicamente más importante, en otra acabada muestra de compañerismo y tesón. Gracias a eso, el piloto de Concepción puede enorgullecerse de seguir siendo el líder en el torneo.

Felipe Arenas manifestó: “En la primera pasada por Panicalco sentí algo raro en la caja. Era la cuarta velocidad, que se había roto. Lo informamos por teléfono celular para que nos esperen con todo listo. En la asistencia, Parra me facilitó una caja suya para cambiarla en el momento. Salir airosos de esa situación en función del tiempo que lleva y el que disponíamos fue un gran mérito de la escuadra y de todos quienes nos ayudaron de una u otra forma, desde Mario a los preparadores, mecánicos y amigos. Estaba ansioso arriba del auto, esperando poder poner marcha atrás. Se logró el objetivo y casi llegamos a tiempo para no penalizar, pero la verdad es que estamos felices por haber visto un desempeño tan esmerado de nuestra gente y los amigos. No haber bajado los brazos en ese momento fue crucial para sumar buenos puntos de nuevo. Después, también padecimos un inconveniente con los frenos, pero en la meta consideramos que la misión estaba cumplida. Agradezco infinitamente la voluntad puesta por mi padre, nuestra gente, los integrantes de Villicar y de Pacific, por permitirnos con su esfuerzo completar la carrera y subir al podio de nuevo”.

Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos