Elfyn Evans lidera el Rally de Portugal luego de la segunda etapa. El galés y su navegante Scott Martin Pasaron al frente con un Toyota Yaris WRC oficial luego de quien era primero esta tarde, Ott Tänak, abandonara en el penúltimo tramo con la suspensión trasera de su Hyundai i20 destrozada.

Apenas un rato antes, el estonio venía de adjudicarse el mejor tiempo en una especial por vez número 250. Tänak había confesado que en esta jornada se sentía más cómodo con su auto, lo cual fue evidente desde el momento en que se anotó cuatro de los siete parciales que conformaron este itinerario.

Hasta ese punto, el campeón 2019 había ampliado a 22.4s la ventaja que le llevaba a Evans en el comienzo de la segunda pasada por cada prueba, que fue Amarante, la más larga de la carrera con casi 38 kilómetros. De pronto, la rueda trasera derecha del i20 empezó a torcerse, tanto que a cuatro km de la meta debió detenerse.

El Yaris 33 había sido el único en interrumpir esa seguidilla del por entonces puntero, incluso estando sometido a la presión de Daniel Sordo, cuyo Hyundai pasó por un instante en que se le paró el motor para posteriormente recuperarse en el trazado urbano de Oporto, ubicándose a 10.7s del británico.

Sébastien Ogier (Toyota) fue tercero a más de un minuto y protagonizando un duelo que duró toda la jornada con su compañero Takamoto Katsuta, a quien superó temprano antes de hacer un trompo, caer un puesto y ascender de nuevo más adelante, si bien con apenas un segundo y medio de diferencia con respecto al japonés.

Un problema con el acelerador perjudicó a Gus Greensmith. El inglés venía quinto con el mejor Ford Fiesta clasificado a partir de que el Yaris de Kalle Rovanperä desertó por un problema técnico en el tramo más extenso, pero con eso no le alcanzó para contener el avance de una máquina idéntica, la de Adrien Fourmaux, que lo pasó a último momento.

Esapekka Lappi se encuentra séptimo con un Volkswagen Polo GTI R5, el mismo tipo de vehículo que quienes lo suceden en los resultados provisorios, Teemu Suninen, Mads Østberg y Nikolay Gryazin.

Thierry Neuville se reenganchó, aunque tampoco en este día tuvo suerte, ya que volvió a abandonar por decisión propia al declarar que su Hyundai era imposible de manejar.

Lappi se afianzó al tope de la clase WRC2 con una conducción, ampliando el margen a su favor con sucesivas victorias de tramos. Así, el finlandés le lleva 40.4s a su coterráneo Teemu Suninen, piloto de M-Sport que estaba para más, pero que resignó casi 24 segundos cuando pinchó un neumático de su Fiesta en Amarante mientras buscaba acercarse al Volkswagen blanco y verde.

Con un Citroën C3 Rally2, Østberg trepó tres valiosos puestos, más satisfecho con la configuración de su máquina. El noruego aprovechó también ciertos percances de sus rivales, como la falla en el turbo del Polo de Gryazin (a la que se sumó una penalización de 1m30s por salir tarde de la asistencia del mediodía) o el drama de Oliver Solberg, quien ganó el sector de Vieira de Minho y se encaminaba a la tercera plaza cuando de repente su Hyundai quedó encajado en un talud, relegando al menos 1m10s y cayendo a quinto.

A Marco Bulacia se le hizo difícil adaptarse al compuesto duro de caucho que calzaba su Škoda Fabia desde el inicio, particularmente cuando entró en trompo en la zona de Cabeceiras de Basto. El boliviano y su copiloto Marcelo Der Ohannesian van sextos, a 1m24.6s de Solberg.

En WRC3, Yohan Rossel mantuvo la puja con Kajetan Kajetanowicz. Se había escapado unos 3.5s más esta mañana, pero el polaco lo destronó tras conseguir ser el mejor en cuatro especiales, un gran trabajo que se vio arruinado por un trompo del Fabia en el penúltimo compromiso de la etapa, que le devolvió al francés del C3 el primer puesto por 2.1s.

Chris Ingram (Škoda) pese a ser recargado con 10s por un retraso en un control horario. Nicolas Ciamin se encuentra cuarto con Citroën y fue uno de los competidores más eficaces al imponerse en tres oportunidades sobre los demás. Lo siguen Josh McErlean con un Hyundai y el Fabia Toksport del joven asunceno Fabrizio Zaldívar, que está a 15.9s del irlandés y a 3m54.1s del primero.

Al igual que ayer, en novena posición aparece el chileno Alberto Heller (Citroën C3 Rally2), a 9m14.0s de Rossel. El terreno escarpado continuó causando estragos y Emilio Fernández no quedó exento de ello como consecuencia de la rotura de un terminal de dirección del Fabia en el que lo acompaña Rubén García. El infortunio ocurrió en la PE13 tras reanudar su actividad bajo la modalidad Súper Rally con buenos parciales, incluso en partes donde se quedaron sin dirección asistida. A Fernández le arreglarán el coche para seguir mañana.

Egon Kaur, de estonia, volcó su Volkswagen en el décimo tramo, antes del retiro de su connacional Gregor Jeets.

Mārtiņš Sesks llega al tope de las colocaciones en la división Junior. La punta de Sami Pajari dos especiales hoy porque al nórdico se le rompió la dirección de su Fiesta Rally4, perdiendo más de 3m y retroceder a la tercera plaza.

Sesks había largado tercero en Matosinhos, pero el letón pudo dejar atrás a Martin Koči cuando éste sufrió daños en la transmisión, distanciándose progresivamente de ellos hasta llegar al parque cerrado 3m20.2s de Pajari, su nuevo escolta.

El problema del eslovaco fue el mismo que el de Lauri Joona, mientras que Jon Armstrong se paró al costado del camino con un percance en el impulsor que vino luego de un pinchazo. La mala tarde del británico promovió a Robert Virves y Williams Creighton a ser tercero y cuarto, respectivamente.

El rally termina con cinco tramos más, uno de los cuales es el clásico Fafe con su enorme salto, que se repetirá, en la segunda pasada como Power Stage. Serán 50 km antes de la rampa de llegada.