Argentino de origen, Alberto Scuncio lleva más de dos décadas residiendo en Concepción, Chile, ciudad donde a principios de la década del 2000 fundó el equipo Point Cola Racing, con el cual en 2003 y 2004 Walter Suriani consiguió, respectivamente, la corona y el subcampeonato en la clase N4, por entonces la mayor del campeonato Copec RallyMobil con un Subaru Impreza.

Desde aquel momento, su escuadra fue evolucionando por diversos caminos a medida que sus hijos iban creciendo y se convertían en pilotos capaces de demostrar sus condiciones y velocidad en Rally (Martín), pero también en otras especialidades de Fórmula o Turismo, como TC2000 o TCR Sudamérica (Javier).

Cuando Martín Scuncio fue campeón R2 en Chile con un Peugeot 208 R2 junto a Javiera Román, Alberto se animó a más y fortaleció su estructura con los Hyundai i20 R5 que les reportó sus primeros podios generales, la primera victoria en Argentina en 2020 y estar peleando ahora los torneos de ambos países con un Škoda Rally2 Evo. Por todo esto, el propietario de Point Cola Racing es un referente en la región con la posibilidad de analizar la realidad de esta disciplina automovilística en la zona.

Ahora que hay países fuertes en el sur del continente con más de una clase en igualdad de condiciones técnicas, empezando por la superior con los modelos R5/Rally2, ¿cómo se puede fortalecer la actividad?

De alguna forma, necesitamos unir el potencial de los países que más han crecido en la clase RC2, siendo los tres casos más notorios Chile, Paraguay y Argentina. Si pudiéramos hacer algunas carreras juntos, el contexto sería igual o mejor que el de varias competencias europeas. Sumada, la cantidad de ejemplares R5/Rally2 con la que contamos resultaría atractiva en cualquier parte del mundo. Haciendo una cuenta de 30 máquinas así, una lista de anotados que parta de esa base no es cosa de todos los días. Es cierto que hay que poner de acuerdo a los dirigentes y eso lleva tiempo en virtud de los muchos aspectos técnicos y organizativos que hay que concordar. Nosotros, dentro del equipo, hemos ido entendiendo procesos que hasta no hace mucho tiempo nos resultaban muy engorrosos, como por ejemplo los aduaneros. Falta mejorar los costos en ese sentido. Desde mi punto de vista, sería ideal concebir alguna copa regional con una determinada cantidad de fechas, tampoco muchas, en la que el campeón reciba como premio la participación de una cita mundial en WRC2 con los gastos pagos, que es un concepto que se usa mucho en otras partes. El nombre se vería. Indudablemente, Sudamericano no le podemos llamar porque eso está reglamentado por la FIA para Codasur, por más que la realidad de este certamen sea que días atrás en Perú hubo solamente tres anotados (dos Volkswagen Polo y un Škoda Fabia) y que en décadas no ha habido un crecimiento real fuera del apoyo continuo de los paraguayos. En la gestión directiva de cada una de estas naciones, se encuentra la capacidad para llevar adelante un proyecto de este porte.

¿Qué otros objetivos habría que perseguir?

Hay caminos diferentes, todos con su atractivo, en cada lugar. Actualmente, la tecnología de los autos que estamos usando permite que se alcancen velocidades muy altas. Entonces, es relevante no olvidar la necesidad de que no se elijan tramos cuyos promedios trepen a medias alocadas, como nos sigue pasando más de una vez veces. Esto tiene que ver con la seguridad. Un golpe en quinta con un Rally2, además de destrozar nuestros vehículos, puede tener consecuencias para la tripulación que quisiéramos no lamentar. La integración de la que se viene hablando tiene que ser no exclusivamente del tipo de coches, sino también de neumáticos y combustible. Eso es elemental. Podríamos pelear para un presupuesto mejor de parte de estos proveedores al ser varios más.

¿Qué experiencia te deja participar con tu equipo en dos campeonatos de países vecinos a la vez?

Muchas. Entre otras, observar el nivel de competitividad del que disonemos en la región, aprender que estas máquinas no deben asustarnos y que con su uso no es tanto lo que se rompe, que habría que respetar particularmente los programas de electrónica provistos por las fábricas para mantener la igualdad. Hay, lógicamente, elementos que se desgastan, pero yo me preocuparía más por otros aspectos.

¿Habría que propugnar que esto aplique a otras clases menores también?

Sí, claro. Martín empezó en Rally con los R2. Es muy lindo apreciar el auge de los Rally4 ahora mismo, con la cantidad que hay en Copec RallyMobil, el par que hay en Paraguay y las perspectivas de ensamble y expansión de los Peugeot nuevos en Argentina desde fines de este mismo año.

Volviendo a los eventos por el Campeonato del Mundo, hubiera sido ideal aunar esfuerzos teniendo pruebas consecutivas en Chile y Argentina…

Desde luego. Persiguiendo estas ideas, aunque ya sabemos que hay que formar contratos que tiene precio prefijado, por lo menos una integración de esta naturaleza nos daría la fuerza para que desde lejos nos miren de otra manera y no se vaya de un país y se quede en otro, sino que suceda como en 2019 que contábamos con ambas fechas. Son dos carreras lindas, una clásica, otra novedosa que tuvo un muy buen comienzo, que estarían separadas por pocos días y pocos kilómetros entre sí y en las que se juntarían más de 24 autos de la clase WRC2 solo con el aporte de las escuadras locales y regionales. Eso, de por sí, ya debería tener bastante peso propio.