El regreso después de ocho años del clásico rally de Acrópolis al Campeonato del Mundo para su novena fecha de la temporada le entregó una segunda victoria anual a Kalle Rovanperä con un Toyota Yaris WRC oficial.

El piloto de 20 años lideró prácticamente toda la competencia en los tramos rocosos en las montañas griegas, imponiéndose por 42.1 segundos sobre el Hyundai i20 de Ott Tänak, que fue siempre quien lo escoltó. Con los puntos recogidos por subir al podio, Sébastien Ogier (Toyota) amplió a 44 las unidades que le lleva a su perseguidor más inmediato a falta de tres eventos.

La lluvia de esta mañana hizo impredecibles las condiciones de la tercera etapa, pues pocos esperaban que en algunos sectores se corriera con barro.

El finlandés selló un fin de semana inolvidable al ganar también el Power Stage, éxito que le permite a su equipo ampliar a 57 puntos la ventaja con respecto a la marca surcoreana.

El i20 de Tänak tuvo dificultades para arrancar cuando iba a largar el último tramo. Lo hizo, pero con una estela de humo que generó miedo, por más que a la larga no se convirtiera en un problema palpable.

Ogier corrió pensando en su comodidad en el torneo, mientras que sus principales adversarios, Thierry Neuville (Hyundai) y Elfyn Evans (Toyota), se retrasaron demasiado el viernes, dedicándose en dos jornadas posteriores a remontar. El galés fue sexto y el belga octavo.

Daniel Sordo llegó cuarto con otro Hyundai, unos tres minutos adelante del mejor Ford Fiesta, el de Gus Greensmith, que superó a su compañero Adrien Fourmaux cerca del final. El francés sufrió una penalización de 3m cuando su auto no arrancó hoy al salir de parque cerrado, algo que se solucionó con un simple cambio de bujías.

Detrás de ellos se ubicaron las máquinas R5, como la del vencedor en WRC2, Andreas Mikkelsen y Marco Bulacia. Los dos representantes de la escuadra Toksport mantuvieron una lucha emocionante con sus Škoda Fabia. El boliviano dominó casi todo el rally, pero el noruego lo pasó una vez ayer y otra hoy cerca de la meta para afianzarse como puntero del torneo.

Al mejor tiempo en Tarzán, Mikkelsen -aquí navegado por Elliot Edmondson- le agregó otro en Pyrgos, acabando con una ventaja de 16.7s con relación a Bulacia y Marcelo Der Ohannesian.

“Estoy muy satisfecho con nuestro trabajo este fin de semana. Era mi primera vez en el Acrópolis y hemos demostrado un buen ritmo y hasta liderado gran parte de la prueba”, señaló el cruceño, que postergó al tercer lugar al ruso Nikolay Gryazin, quien manejó un Fiesta de M-Sport, pero pronto vuelve a su habitual Volkswagen Polo GTI R5.

Las aspiraciones al título de Mads Østberg se esfumaron cuando problemas mecánicos en su Citroën C3 Rally2 lo obligaron a abandonar por segundo día seguido. La misma fortuna escasa tuvo Oliver Solberg con el nuevo Hyundai i20 N. El sueco se había reenganchado en la segunda etapa, pero chocó una pared de piedra y desertó otra vez.

En WRC3, no sin un susto, Yohan Rossel se quedó con un gran triunfo en la tierra por el que no muchos apostaban por considerarlo especialista en asfalto. Empezó esta etapa con 19.1s a su favor. Torció la dirección y rompió el eje de transmisión de su Citroën contra una piedra a último momento y tuvo que parar a reparar en el enlace final, pese a lo cual sus rivales no le hicieron peligrar su logro a dos kilómetros de la llegada.

Kajetan Kajetanowicz fue segundo en su Škoda después de quedarse con varias especiales, dejando tercero a Chris Ingram con otro Fabia. Giorgos resultó el mejor local, quinto en esta clase y 19º absoluto, también con uno de los productos checos.

Fabrizio Zaldivar dañó la suspensión de su Fabia mientras era cuarto. Terminó noveno, dos colocaciones más atrás que el brasileño Paulo Nobre.

Otra fecha tradicional, la de Finlandia, será la próxima, del 1º al 3 de octubre.

Video: Como en Estonia, Kalle Rovanperä fue el piloto a batir con su Toyota.