Mientras el campeonato Copec RallyMobil disputaba su quinta fecha anual en Los Ángeles, Jorge Martínez y Alberto Álvarez incursionaban a nivel mundial en esta disciplina por segunda vez en sus vidas.
El piloto chileno y su navegante argentino tomaron parte del clásico Rally de Acrópolis en Grecia a bordo de un Škoda Fabia Rally2 Evo. Ya más relajados a su regreso, conversamos con ambos para que nos brinden detalles acerca de su experiencia en la prueba helénica.
¿Cuáles fueron sus conclusiones generales de su participación en el Acrópolis?
JM – En principio, varias, con un saldo positivo, comenzando por cumplir con el sueño de correr en Europa a nivel mundial. Algunas cosas de la carrera encontramos parecidas a cuando largamos la fecha mundial chilena hace tres años, pero esta vez muy lejos de casa y en otro entorno. La clase WRC2 tiene un grupo de avanzada al que algunos consideramos como inalcanzables y otro que a veces se acerca a ellos. En los tramos que estuvimos en competencia, nosotros pudimos acoplarnos a ese segundo lote. En tiempos, noté que estábamos un poco más lejos de lo que nos hubiera gustado, pero -a la vez- que trabajando y con los kilómetros que tienen ellos, es posible acercárseles mucho. En lo previo, tuve la oportunidad de probar un buen rato el Fabia Rally2 Evo en las afueras de Barcelona, que me agradó porque tiene diferencias que se notan con el modelo anterior, como una caja más corta, una suspensión que trabaja mejor y algo más de potencia.
AA – Todo fue muy emocionante, empezando por el superespecial en el Estadio Olímpico de Atenas. Reconocemos que estábamos tensos en ese instante, pero al mismo tiempo felices con la posibilidad de ser de la partida en Grecia. Estábamos ante 60.000 espectadores y, cuando se podía, quería levantar la mirada y grabar esa imagen en mi mente. Hay muchas lecciones aprendidas, como por ejemplo cómo había que plantear una primera etapa sin asistencia con siete pruebas clasificatorias en rutas que castigan mucho a los neumáticos. Y salimos de esa circunstancia airosos. Como eso, hubo muchos aspectos más que sacamos en limpio. La organización, en general, trabajó bien, el libro de ruta estaba confeccionado a la perfección y los aficionados eran simpáticos. Disfrutamos lo vivo junto a Eduardo Castro y Fernando Mussano como compañeros de equipo.
¿Cuál fue el causal del abandono en la segunda etapa antes de reengancharse al día siguiente?
JM – En el entusiasmo de estar allí, con mucha mala suerte nos salimos del camino en una parte en la que el auto quedó colgado y mirando hacia una ladera de la montaña cuesta abajo. Esto nos pasó a poca velocidad, pero la gravedad nos dejó varados allí sin que haya mucho para hacer. Durante las horas que esperamos que nos auxilien, en medio de ese calor tan intenso, nos sucedieron algunas cosas desopilantes con Alberto…si hasta creíamos que por culpa nuestra se había parado la carrera porque no pasaron dos vehículos cuando en realidad eso era porque Chris Ingram se había desbarrancado como 70 metros. El domingo se nos rompió la dirección hidráulica a apenas cuatro kilómetros de la llegada.
¿Qué diferencias remarcarías entre ustedes y los pilotos que participantes habitualmente en este torneo?
JM – Lo principal es que ellos, incluso los más jóvenes, han largado dos, tres o hasta cinco veces (sino más) estos rallies. También están acostumbrados a tres jornadas más cansadoras de acción en la que es común levantarse a las 5 de la madrugada y acostarse después de cenar tras un largo día, no antes de las 23:00. Eso aplica a los días de reconocimientos, o sea que la semana se hace pesada y hay que llegar descansado, tal como me había comentado Pedro Heller.
AA – No era tan simple regular la marcha y ser equilibrados entre la velocidad que hacía falta para no quedar demasiado relegados y no castigar tanto el auto en un piso que perdona poco y sobre el que se pincha muy a menudo. La gente que, como dice Jorge, ya conoce cada fecha, está mejor ubicada en cuanto a los sectores donde se puede presionar menos o más.
¿En qué condiciones se disputó el evento?
AA – Con un calor tremendo. El equipo nos había avisado que teníamos que estar bien hidratados porque fueron días de no menos de 35º, que en el habitáculo se convertían en 60º o más. Sumado eso a la indumentaria que nos ponemos y a las horas adentro del auto o los nervios, indudablemente que desde lo físico también eso fue una exigencia agregada.
¿Quedaron todos conformes con la elección de este rally?
JM – Lo de Grecia se dio de acuerdo a los tiempos que nos llevó reunir el presupuesto. En ese marco, diría que no podríamos haber optado por una cita mejor. Varias partes eran similares a algunas que podemos encontrar en Chile, pero con peor piso. Es una superficie con parciales relativamente largos donde aflora una cantidad importante de piedras filosas. Pesa la velocidad, pero también la estrategia. Nos gustó mucho el Acrópolis y en el futuro nos encantaría repetir en el lugar.
¿Qué análisis hacen de la labor realizado por MAPO Motorsport?
JM – Nos dejaron una grata impresión. Han sido muy profesionales, desde Xevi Pons con todo lo que sabe como piloto internacional a Carlos del Barrio en su rol de coordinador. Fue interesante intercambiar el volante con Pons en los ensayos previos, incluso cuando uno de los ingenieros nos dijo que nuestros estilos son muy distintos, de lo cual se pueden extraer aprendizajes positivos. En ese instante, probamos un montón de configuraciones diferentes, compuestos de cauchos, regulaciones de altura, etc. Nos trataron muy bien y están interesados en que podamos hacer más eventos juntos, algo sobre lo que nos pondremos en campaña próximamente.
AA – El Fabia era muy nuevo y rindió bien. En efecto, del Barrio ayudó bastante porque tiene muy claros los horarios, las distancias, los cálculos para los enlaces o cómo agilizar el relevamiento de los tramos para hacer las notas. Al haberse fundado la escuadra hace poco, hay mucho entusiasmo, tienen una cantidad considerable de repuestos y por supuesto que se mueven con amplio conocimiento del ambiente.
¿Siguieron desde Lamia las alternativas del Rally del Biobío-Los Ángeles?
JM – Sí. Nos apenó que Emilio Fernández y Martín Scuncio se retiraran tan pronto y por dos situaciones tan desafortunadas, aun admitiendo que se trata de dos actores importantes del campeonato que por sus deserciones no se nos fueron tan lejos en los puntos. Los hermanos Heller se manejaron muy bien. No enloquecieron tratando de correrle a Mads Østberg y pasaron adelante por 25 puntos. En algún momento, temí que fuera peor y nos sacaran más de 30 unidades. Con 97 puntos en juego, todavía algo podemos hacer y pelearemos por ello. Ahora, vamos con ganas a Río Bueno y La Unión en una zona con lindo itinerario y más tripulaciones que se agregan a través de la gente de Avosur.
AA – Claro que estábamos atentos a las alternativas de la prueba angelina. Nos sentimos raros sabiendo que no estábamos allí. Después de todo, fue solamente nuestra segunda ausencia en 19 temporadas. Sacando cuentas, desde que nos subimos al avión a la ida asumimos que los puntos que cedíamos de antemano iban a ser unos cuantos. A partir de la sexta fecha, ya no habrá chance de entregar más puntos.