Sébastien Ogier y Benjamin Veillas ampliaron su ventaja en España al terminar la segunda etapa del rally por el Campeonato del Mundo que se está disputando en Cataluña. Si se sale con la suya, el piloto de Toyota Gazoo Racing contribuiría a que la marca nipona se consagre anticipadamente campeona entre los constructores, además de que ésta representaría la primera victoria del ocho veces monarca de la categoría con un auto de la nueva generación híbrida en su quinta participación con el GR Yaris.
El francés ganó cuatro de los siete tramos asfaltados en la zona de la Costa Daurada y pasó de llevarle al segundo 4.8 segundos esta mañana a llegar al parque cerrado en Salou con 20.7s, en este caso por encima del Hyundai i20 N de Thierry Neuville.
Neuville le arrebató el lugar de escolta a Kalle Rovanperä, quien perdió un tiempo al seleccionar el mapa de motor equivocado en la línea de salida del sector conocido como El Montmell. Mañana puede darse una gran lucha entre ellos, ya que su diferencia es de solamente 1.4s.
El belga tuvo que ir mejorando la puesta a punto de su auto durante el día, pero no llegó a conseguir el equilibrio que pretendía. Su compañero, Ott Tänak, terminó esta etapa en cuarta posición (a 36.6s de Ogier) y adelante del otro i20, el de Daniel Sordo.
En su país, la mañana del cántabro fue frustrante hasta que pudo modificar el reglaje de su máquina y descontar algo de terreno horas más tarde, al punto de poder ser el más rápido en una especial.
Elfyn Evans (Toyota) quedó sexto sin mayores complicaciones, conteniendo al Ford Puma de Craig Breen, que sobrecalentaba los neumáticos delanteros. La octava plaza fue para Takamoto Katsuta (Toyota), seguido por Adrien Fourmaux y Pierre-Louis Loubet (ambos con Ford).
Fuera de los diez mejores se observó a Gus Greensmith, que golpeó con fuerza la barrera de contención de acero en una curva a la derecha y dejó muy maltrecho al Puma.
En WRC2, Teemu Suninen está haciendo bien las cosas como para obtener su primer éxito de 2022 con un Hyundai con el cual ha podido tomar distancia de los demás. El finlandés (que se había impuesto aquí en esta división en 2017) precede ahora por 26.6s al Citroën C3 de Yohan Rossel.
Nikolay Gryazin pasó ser tercero con un Škoda Fabia de Toksport tras una puja extensa con Rossel, actual campeón en WRC3. Emil Lindhom (Škoda) remontó un poco y arribó cuarto, anteponiéndose a Jari Huttunen (Ford) y Kajetan Jajetanowicz. El paraguayo Fabrizio Zaldívar progresó a la octava colocación con su i20 N y Bruno Bulacia, de Bolivia, es 21º.
En WRC3, Lauri Joona largó con 9.7s de ventaja con relación a Jan Černý, pero fue demasiado conservador al principio y el checo acabó reduciendo esa cifra a 7.5s.
El nórdico tuvo suerte de seguir siendo primero porque rompió el semieje trasero izquierdo de su Ford Fiesta Rally y se salvó al poder reparar a tiempo en la asistencia el coche, beneficiado por la cancelación del tramo en el que chocó Greensmith.
Diego Domínguez parece dispuesto a conseguir otro podio en esta clase. El joven asunceno está a 4m26s de Joona, pero muy holgado con respecto al cuarto, Zoltan László.
La etapa conclusiva pasa dos veces por Pratdip (12,15 km, levemente alarado en comparación al año pasado) y Riudecanyes (15,90 km), sitio distinguido por la rotonda del Coll de la Teixeta, donde los competidores hacen un giro de 360º frente a una multitud. Su repetición oficia de Power Stage. Los cuatro parciales cronometrados suman 56,10 km.