Víctor Ferrero transita desde hace tiempo por un período deportivo intenso en su calidad de copiloto profesional. Su primera competencia fue en 1999. Desde entonces, no ha parado. Por el contrario, su afanosa labor es apreciada por más de un piloto que recurre a sus servicios, especialmente en España, de donde es oriundo.

También por una cuestión de afinidad, es el elegido de Iván Fuertes para correr en el campeonato Copec RallMobil, aunque para el madrileño eso implique el esfuerzo adicional de ir y volver a Europa en cada presentación.

Ferrero ha largado 313 eventos, solo cinco de ellos en suelo chileno, a pesar de lo cual el fin de semana pasado ha inscripto su nombre en la lista de ganadores, merced al triunfo conseguido junto a su compatriota en la clase RC4 del Rally del Biobío-Los Ángeles.

Posee ocho títulos regionales en Madrid, uno en Extremadura y cuatro a nivel nacional, el de Dos Ruedas Motrices en 2008, Grupo N en 2011 y 2012 y GT en 2016, además de haber participado en Cross-Country. Sin embargo, lo más importante es que Víctor Ferrero pone un esmero considerable a su rol. Suele quedarse hasta tarde observando cámaras a bordo después de repasar las notas, además de ocuparse personalmente de recoger los datos de telemetría, conclusiones que conversa y analiza con el equipo y su piloto.

“Estoy muy complacido de haber obtenido junto a Iván este triunfo en Chile porque es un halago distinto en mi campaña. Como si fuera poco, creo que este resultado se ha dado en una fecha especial, por sus tres etapas y por el alto grado de lucha en nuestra clase. Fue todo intenso y divertido a la vez. Rivales como Luis Martínez, Patricio Muñoz, Tadeo Rosselot y Mario Parra realmente nos hicieron correr muchísimo, aportándole más emoción a un rally que fue bonito en cuanto a tramos y entusiasmo de la gente. Después de todo esto, vamos con más ganas a Río Bueno-La Unión”, expresó Ferrero.