Sebastián Olguín cuenta con la ventaja de ser muy joven y, a la vez, uno de los copilotos de mayor experiencia en actividad en el campeonato Copec RallyMobil, con una docena de temporadas en su haber.
Como se integró en el equipo Rosselot en 2015 y desde entonces se mantuvo allí, salvo ocasiones esporádicas, es uno de los miembros de la escuadra viñamarina que más trabajan de forma denodada para sacar adelante buenos resultados. Ese mismo año, ya era ganador general de la mano de Emilio. Desde 2019 está con Tadeo sobre un Citroën DS3 R3, la clase que lo vio coronarse campeón nacional la temporada última porque Gerardo había cambiado de acompañante.
Olguín es una figura de valor de las que se aprecian en la categoría y el fin de semana pasado fue parte de una tripulación que recuperó la buena senda y que, con un auto difícil de explotar al máximo, se situó en casi todos los tramos en los tiempos de punta entre los coches de tracción simple.
Así, Tadeo Rosselot y Olguín llegaron segundos en la división RC4, se impusieron en su subclase, recuperaron la punta del certamen en R3 y se lucieron al ser los más veloces entre tantos rivales de fuste en cuatro tramos, en las PE3, 7, 12 y 13, además de ser segundo varias veces y de que, en el que cerró la programación sumaron varias unidades útiles para el certamen al ser Power Stage.
“Desde 2021, nos gusta medirnos como participantes de la RC4 porque nos parece interesante, no tanto desde el punto de vista técnico, sino más bien en lo que tiene que ver con nuestros contrincantes, ya que hay muchos a tener en cuenta. El Rally de Quillón se nos escapó por apenas 2.2 segundos, lo cual habla bien de lo que venimos haciendo. Hemos mejorado desde hace algún tiempo nuestra hoja de ruta y eso también se siente. Estamos compenetrados con el DS3 y siempre pretendemos salir a atacar, solo que hubo ocasiones en que algún problema técnico o ajeno a nuestra voluntad se nos interponía. Confiamos en lograr algún triunfo antes de terminar el año”, expresó Olguín.