El Campeonato del Mundo de Rally terminó ayer en Japón con el triunfo de Thierry Neuville y Martijn Wydaeghe en el que fue el retorno del país oriental al calendario de la categoría, por primera vez sobre asfalto.
Antes de largarse los cinco tramos de la tercera etapa, el piloto de Hyundai Motorsport aventajaba a al Toyota GR Yaris de Elfyn Evans por tan solo cuatro segundos. Los pronósticos meteorológicos, mientras tanto, indicaban posibilidad de lluvia para primera hora de la tarde.
Neuville miró al cielo y supuso que sí, por lo cual eligió una distribución de neumáticos mezclados entre compuesto duro y compuesto blando para lluvia. El galés optó por una combinación distinta, pero netamente para pisos eco. Se ubicó a nada más que 0.6s primero y después pasó a ser líder otra vez en el camino de Asahi Kougen. Sin embargo, la emoción duró poco, ya que un error de comunicación con su navegante Scott Martin hizo que el dúo se saliera del pavimento en una curva, golpeando un borde con la rueda trasera izquierda, que terminó en rotura y una pérdida de más de un minuto y medio.
El belga, entonces, se limitó a encaminarse a la victoria hasta concluir 1m11.3s delante de su compañero Ott Tänak, que se ocupó de rematar el 1-2 para la marca surcoreana.
El infortunio de Elfyn Evans le permitió a Takamoto Katsuta obtener el mejor resultado absoluto de su campaña, que fue ni más ni menos que el podio conseguido en su propio país al ser tercero. El volante de 29 años llegó un minuto a espaldas del estonio, conteniendo la remontada de otro Toyota, el de Sébastien Ogier, que se situó a 12.3s del nipón.
Evans fue quinto, precediendo al mejor Ford Puma de M-Sport, el de Gus Greensmith. Detrás de los coches híbridos se clasificaron los WRC2, donde el éxito recayó en manos del luxemburgués Grégoire Munster con un Hyundai i10 N por primera vez.
Munster superó a una máquina similar, la de Teemu Suninen, por 21.6s. Como el título se definía en esta fecha, la corona se fue para Finlandia, ya que Emil Lindholm (26 años) y Reeta Hämäläinen se consagraron campeones sobre un Škoda Fabia de Toksport. El nórdico fue noveno general y se antepuso al ex-piloto de Fórmula 1 Heikki Kovalainen, de buena actuación.
Fue recién en la última prueba especial que Grégoire Munster pasó a la punta, saltando desde la tercera posición con mucha velocidad al tiempo que Lindholm sabía que podría relajarse un poco para asegurar su logro, para el que le bastaba con ser quinto.
Sami Pajari (Škoda) era segundo hasta el sábado, pero una mala elección de gomas lo relegó al quinto lugar. Bruno Bulacia (Bolivia, Škoda) fue undécimo y Fabrizio Zaldívar (Paraguay, Hyundai) 14º.