En su carrera local, Thierry Neuville empezó el primero de tres días de activida del Rally de Ypres abriéndose camino frente a sus rivales desde la mañana para erigirse en líder de la clasificación general en Bélgica.
El piloto de Hyundai Motorsport encabeza un doblete provisorio de la marca, ya que aventaja por escasos 2.5 segundos a su compañero Ott Tänak en el pavimento estrecho de la región de Flandes.
En el primer tramo, Neuville largó algo eufórico y se pasó de largo en una curva en la que perdió por lo menos diez segundos, a lo que le siguió una cierta dificultad para dar con el reglaje ideal en el diferencial su i20 N Rally1, que hacía que los frenos se bloquearan.
En la asistencia del mediodía, solucionó eso y empezó a remontar con buen ritmo, ubicándose pronto tercero a 8.8s de quien era putero hasta allí, Elfyn Evans con un Toyota GR Yaris. Junto a Martijn Wydaeghe, marcó el mejor tiempo en las cuatro pruebas especiales vespertinas.
Con algunos detalles de configuración por corregir, la jornada de Tänak fue positiva y el estonio pudo mantenerse en el lote de punta y entre los tres más veloces en todo momento.
Evans comandó las acciones durante la mañana y es el mejor de los defensores de Toyota, pero con las horas fue perdiendo terreno frente a los Hyundai. El galés se vio obligado a montar un solo neumático de lluvia en su auto después de dañar uno de los lisos en el sexto parcial. Una penalización de 10 segundos por llegar tarde a un control agravó su situación.
La elección del compuesto de caucho fue clave, pues hubo nubarrones amenazantes que, sin embargo, no se tradujeron en lluvia (salvo por un chaparrón muy breve y localizado), favoreciendo a los de más adelante, que habían elegido gomas para piso seco.
Esapekka Lappi (Toyota) no fue uno de ellos, así que debió esforzarse para ser cuarto y contener al Ford ubicado más arriba en los resultados, el de Craig Breen, quien a su vez precede al Puma de Gus Greensmith y al i20 híbrido de Oliver Solberg, que fue un buen séptimo luchando con inconvenientes en la caja.
Adrien Fourmaux quedó octavo con otra máquina de M-Sport, en tanto que Stéphane Lefebvre y Andreas Mikkelsen completaron los diez primeros lugares absolutos.
Takamoto Katsuta cayó a 18º por fallas en la transmisión de su Yaris. La escuadra dirigida por Jari-Matti Latvala tendrá trabajo nocturno con eso y con las muchas reparaciones que hay que hacer sobre la unidad de Kalle Rovanperä, que en la PE2 se salió un poco del asfalto y golpeó durante un talud que lo hizo volcar unas cinco vueltas. Si lo logran, el finés se reengancharía mañana.
Como que es líder del campeonato nacional, Lefebvre aprovechó su experiencia en estas rutas y llevó al tope de la clase WRC2 a su Citroën C3. El francés llegó al parque cerrado en la plaza Grote Markt con 15.5s de ventaja sobre Andreas Mikkelsen (Škoda) y 28.6s sobre Yohan Rossel (Citroën), aumentando progresivamente su margen.
Grégoire Munster conduce un Hyundai i20 N con el que acecha al tercero. El luxemburgués, hijo de padre piloto y dueño de escuadra belga, se siente como en su casa transitando los sitios donde se formó deportivamente, asi que aspira al podio y a escaparse del Ford Fiesta de Jari Huttunen y del Fabia de Chris Ingram, retrasado por un trompo.
El mejor local en Vincent Verschueren, séptimo con un Volkswagen Polo GTI. Marco Bulacia, de Bolivia, no gozó de un buen día y ocupa la 13ª posición.
Quedaron de a pie Josh McErlean (Hyundai) y Georg Linnamäe (Volkswagen), ambos por salidas de la carretera.
Jan Černý tomó el control de la división WRC3 después de adjudicarse todos los tramos a bordo de su Ford Fiesta Rally3, con el que el checo le sacó 4m06.3s al húngaro Zoltán László y más de media hora al italiano Enrico Brazzoli, que se encajó en una cuenta antes de volver a la acción.
La segunda etapa es compacta. Recorre ocho especiales que suman 135,83 kilómetros.