Mads Østberg este año se aboca por primera vez a una temporada completa del Campeonato Europeo de Rally con un Citroën C3 que de nuevo es asistido por el equipo húngaro Tagai Racing Technolgy.

El noruego ha cosechado un podio en tres presentaciones al ser segundo en Fafe (Portugal) y volvió a sumar buenos puntos el domingo pasado en Polonia, donde resultó cuarto. Eso le permite empatar el segundo lugar en la tabla hasta el momento, empatado con Mārtiṇš Sesks.

Bien es sabido que el campeón WRC2 2020 tiene una afinidad especial con Chile y que, el año último, se llevó dos triunfos en el campeonato Copec RallyMobil en igual cantidad de presentaciones como invitado. Además, en 2019 Østberg tomó parte de la primera edición de la prueba mundial disputada en la Región del Biobío, en la que terminó segundo.

Todo esto lo hace un conocedor del lugar, del que emitió elogiosos conceptos en una entrevista reciente elogiosamente: “Ya he ido a Chile varias veces y eso me brinda la posibilidad no solamente de conocer sus caminos, que siempre son hermosos, sino de haber pasado bastante tiempo con varios pilotos y equipos locales que demuestran que son realmente profesionales. Me pude sentar en más de una ocasión con ellos en mi auto y en un par de los suyos y vi que el nivel es bueno. Cuando mejor lo pude comprobar es en las pruebas que hicimos antes de Los Ángeles y Concepción en 2022. Yo conservo recuerdos lindos porque también me llevé una excelente posición en la cita mundial de 2019. Hay una afición muy grata y la ceremonia de largada me encanta porque es la más espectacular que vi en mi vida. Es ideal para los participantes de la región que los mismos organizadores estén a cargo de la serie nacional y de la carrera válida por el Campeonato del Mundo porque así se mantiene todo en la misma sintonía y se genera una difusión sobresaliente que facilita a las escuadras la promoción de lo que hacen en este deporte a la hora de conseguir recursos publicitarios, a la vez que los emprendedores de la zona también se ven beneficiados con el movimiento que suscita un evento de semejante porte. Promocionar un rally no es tarea fácil en ningún sitio y, en mi opinión, Chile lo hace con estilo y en gran forma. Seguramente hay aspectos por mejorar, pero en lo personal siempre me he sentido cómodo allí. Una de las principales diferencias con otras naciones, principalmente europeas, radica en la cantidad de competidores, pero lo demás está muy a tono o incluso por encima, según el área que se analice, sobre todo en lo relacionado a llevar esta categoría automovilística al público. Los organizadores locales suelen presionarme con preguntas personales sobre cuándo volveré. Incluso me han consultado si presenciaré en septiembre próximo el Rally Chile Biobío o si, de no haber otro compromiso que me lo impida, si haría el calendario completo del Copec RallyMobil. Por mí, sería un gusto, así que en principio mi respuesta a ambas cuestiones es que sí”.