Quienes son seguidores del campeonato Copec RallyMobil desde hace algunos años, sabrán que Emilio Rosselot no carece de pergaminos en la actividad. Más bien todo lo contrario. El viñamarino es dueño de tres cetros nacionales, los de 2014 y ’15 en la clase N4 con Mitsubishi Lancer Evolution X y el de 2019 en R3 con Citroën DS3 R3.

Emilio también ha sabido ocupar el escalón más alto del podio en esta especialidad siete veces, en varios lugares distintos, en su época de esplendor con el Lancer de producción hace siete y ocho años, pero con una victoria antes, registrada en Pucón hace una década.

Meses atrás, el equipo Rosselot decidió que el mejor camino para acercarse a la punta pasaba por un nuevo Citroën C3 Rally2, que llegó desde Francia apenas dos semanas antes de la largada del Rally del Biobío en Concepción.

Si su tercer puesto final en la apertura del calendario fue una grata sorpresa para muchos (de paso, se llevó lo mejor en la subclase RC2), es igual o más interesante recalcar que ya en la primera etapa Emilio se metió en los puestos de vanguardia repartiéndose siempre entre muy llamativos cuartos y quintos puestos, que repitió al día siguiente entre adversarios experimentados, escuadras fuertes y hasta invitados del Campeonato del Mundo. El volante de 34 años mejoraría ese rendimiento aún más durante la jornada conclusiva, cuando en los últimos tres tramos, Pinares, Biobío y El Poñén (Power Stage) marcó el tercer registro más rápido.

“Es un honor para nosotros compartir este podio con figuras como Jorge Martínez, Alberto Álvarez, Emilio Fernández y Juan Manuel Sanhueza en un fin de semana que tengo que calificar como maravilloso. Desde que llegó el Citroën, nos quedaba la duda acerca de en qué momento aspirar a este nivel, no sin un poco de incertidumbre. Por eso, estamos felices de verdad de ver que lo hemos conseguido en nuestro debut con este auto, lo cual nos da una confianza espectacular para el futuro. Cuando en el Shakedown vimos que nuestros parciales eran buenos, se elevó el grado de confianza. El trabajo que hacemos junto a Tomás Cañete es serio y prometemos ir por más. Él sabe sentirse seguro arriba de cualquier máquina y eso me da seguridad para acelerar, aprovechando un funcionamiento del C3 que me parece fantástico. El año pasado fue un período de mucha calma y paciencia, adaptándonos a la división RC2 con el Mitsubishi Mirage. Le dedico a la familia, a nuestra empresa y a los mecánicos este podio porque todos ellos se esforzaron por demostrar su capacidad, siendo que lo único que habíamos hecho era una prueba corta en la Región de Valparaíso para aplicar unos ajustes básicos”, dijo Rosselot en la conferencia de prensa del domingo.