Recibió el Peugeot 208 Rally4 cuya adquisición había empezado a gestionar en la noche posterior al Rally de Osorno. Recibió el auto en la semana previa al Rally de Casablanca, lo presentó estéticamente con el tiempo justo, se inscribió en la Región de Valparaíso con él y ganó en su primera salida al volante del mismo y en su segunda carrera junto a Sebastián Waeger como navegante.
Felipe Padilla aplicó la experiencia de alguien cuyos comienzos en el campeonato Copec RallyMobil™ se remontan a cuando era muy joven y ya competía en las clases menores de la temporada 2004, dos años antes de empezar a cosechar sus primeras victorias en la categoría N2.
Las últimas participaciones frecuentes del penquista habían sido en 2018 con el Opel Adam R2, con el cual consiguió podios y triunfos en la división R2L. Con bríos renovados, su regreso en Quillón solo lo alentó a ir por más, tal como lo demostró el fin de semana pasado.
Padilla expresó: “Por un instante, pensamos en insistir una vez más con el 208 R2 aspirado que veníamos usando, pero al llegarnos el nuevo Rally4, nos preguntamos por qué no irlo conociendo para llegar mejor parados a nuestra fecha de local en Concepción a principios de enero. Se dieron todas las cosas mejor de lo que esperábamos, entre factores deportivos y la satisfacción que nos dio comprobar las reacciones de este modelo, con el cual queremos salir a buscar el título 2022. Llegamos sin probarlos, pero ya desde el Shakedown supimos junto a Sebastián que nos sentiríamos cómodos con el cambio. En la mañana de la primera etapa, me quedaba corto a la hora de usar los cambios por el torque de este motor 1.2 turbo. En la repetición de los tramos a la tarde, modifiqué la actitud y explotamos mejor el rendimiento en general. Fue hermoso poder imponernos en nuestro debut con este vehículo, así que tengo mucha ilusión en cuanto a lo que podamos lograr con él en lo sucesivo”.