Tiene 50 años, 30 como participante activo en el Rally y 129 competencias largadas. Este español fue invitado por Luis Martínez a conducir su Opel Corsa Rally4 en la que fue su primera incursión fuera de Europa y se llevó a Barcelona el trofeo mayor de la clase RC4 del campeonato Copec RallyMobil que ayer le entregaron en la premiación del Rally de La Unión-Río Bueno.

Además de por sus logros en esta especialidad, entre más antiguos y más modernos, David Nafría es una figura popular entre aquellas que dedican buena parte de su tiempo a dictar cursos tendientes a mejorar la práctica de este deporte. Él, por ejemplo, se especializa en impartir clases que buscan sacar el mejor provecho posible de un sistema práctico y moderno de notas, reservado más a pilotos que a navegantes.

En sus inicios, durante varias temporadas se concentró en las siempre reñidas copas monomarca que abundan en España y en casi todos lados en el Viejo Mundo. En el Desafío Peugeot, consiguió sus primeras actuaciones notorias con 205 y 106 y en 1996 se adueñó del cetro nacional Seat Ibiza de asfalto (con victorias en los tradicionales rallies Príncipe de Asturias y Ourense).

En 2002, se quedó con otra corona, la del Desafío Peugeot, sobre un 206 XS (ganando en el Rally Mediterráneo y en el Villa de Llanes). Mezclando el pavimento con la tierra, cinco años más tarde se fue a Francia a tomar parte de la copa Volant Peugeot, que en aquella oportunidad fue para Sébastien Ogier. Nafría resultó séptimo. A partir de entonces, sus participaciones fueron algo discontinuas, lo que no le impidió mantener su nivel con modelos como Renault Clio R3, Peugeot 208 R2 y Rally4.

En la Región de Los Ríos, sin mayor entrenamiento que el del Shakedown y la Clasificación, hizo el tiempo más rápido en cuatro tramos (dos el sábado y otro tanto el domingo). Su mayor mérito radicó en la consistencia que aplicó a su carrera, manteniéndose siempre en la lucha por la punta con Patricio Muñoz, Luigi Contin, Tadeo Rosselot y el resto. Cuando un palier del Peugeot del tomecino se rompió, ahí estaba el catalán para dar el zarpazo.

“He disfrutado mucho de mi semana en Chile, por los caminos tan lindos, por los espectadores que había en la ruta y por lo entretenido de este campeonato bien organizado. Me llevo esta satisfacción como una novedad a mis antecedentes y como un grato recuerdo, pues este ha sido un triunfo que costó elaborar en virtud de la puja por la punta entre nuestro equipo y las figuras habituales de la serie, que no dieron el brazo a torcer ni en una sola prueba especial. Inde Racing hizo las cosas de maravilla para que yo pudiera ser competitivo y devolverle el Corsa a Luis en las mismas condiciones en las que me lo entregó. Adaptarme a este Opel no fue difícil, ya que casi no le he encontrado diferencias con el Peugeot de la misma preparación. Quiero destacar sobremanera la óptima labor de mi copiloto, Juan Cruz Varela, pues sé que le habrán costado algunos detalles de la manera en que confecciono mis notas y, sin embargo, se desenvolvió sin problemas en una tipología de rutas a la que yo no estaba acostumbrado”, comentó Nafría.