Durante toda la carrera, el Rally de Ñuble-Chillán y Chillán Viejo los tres primeros puestos de la clase RC4 se pelearon palmo a palmo entre José Quezada, Felipe Arenas y Lucas Palma con diferencias muy reducidas entre ellos, que se repartieron las victorias de tramos de forma muy pareja con sus Peugeot 208 Rally4.
Quezada fue líder desde la partida hasta la prueba especial 12 y penúltima. Luego, en el Mobil 1 Power Stage, la diferencia que el osornino tenía sobre el penquista, 12.4 segundos (y 16.3s con respecto al chilote) se esfumó en esos 11 kilómetros y medio de la tercera pasada que la competencia planteaba por Porvenir.
Era un tramo en el que se había formado huella y aflorado algo de piedra, una condición que Arenas aprovechó para un repentino ataque mediante el cual no solo descontó lo que le llevaba el puntero, sino que terminó adelante por 7.7s.
En su primer rally navegado por Sebastián Arancibia, el médico de Concepción fue capaz de revertir a su favor todo el evento y ganar con un tipo de medio mecánico que había manejado relativamente poco en 2023, pero distinto al que lo llevó al título de la subdivisión R2 el año pasado.
Tras su primer halago con un vehículo Rally4, que tomó desprevenidos a muchos hasta que se observaron los cómputos, el volante de Megafiltros Motorsport declaró: “Felicito a José ya Lucas porque gracias a nuestra batalla tramo a tramo es que la categoría dio un lindo espectáculo en la Región de Ñuble. Somos de tres equipos diferentes y nos repartimos las pruebas especiales de un modo bastante equitativo. En mi caso, haber pasado adelante en el clasificador pasó por arriesgar tanto como pudiera en Porvenir. Éramos conscientes acerca de las condiciones del lugar a esa altura, pero no teníamos mucho más para perder, así que decidimos salir con todo. Nuestra gente atendió el auto maravillosamente y Sebastián hizo un gran trabajo como copiloto. Indudablemente, esta es una manera espectacular de empezar la temporada”.
Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos