Sobre la competencia

Es normal que el receso de un año a otros en lo concerniente al Campeonato del Mundo de Rally sea breve. Eso se debe a que Montecarlo es la infalible cita de comienzo de temporada desde hace más de medio siglo. Ahora, el clásico alpino previsto entre el 25 y 28 de enero tiene su punto de partida durante la noche del jueves próximo como primera de 13 fechas en cuatro continentes.

Las rutas asfaltadas y sinuosas siempre se complican en pleno invierno europeo por la meteorología, que cuando no ofrece nevadas, ofrece una traicionera superficie con parches de hielo que muchas veces ni siquiera se distinguen a simple vista.

La categoría implemente desde este momento un sistema de puntos nueva que es toda una intriga y que afecta a tramos clasificatorios de la última etapa. En esta escala, se otorgan hasta 18 unidades correspondientes a la clasificación general después del sábado y hasta siete más por los resultados del domingo. A la vez, se mantienen los cinco puntos de bonificación a quienes sean los más rápidos en el Power Stage que cierra cada programación. Esta innovación no pretende alterar el concepto básico de determinar el vencedor final de cada evento. Entonces, la tripulación con el tiempo total más bajo sigue siendo la que se consagra.

Toyota Gazoo Racing acude a esta cita con tres autos, confiados al subcampeón Elfyn Evans, ya en su quinta temporada con la marca, a Takamoto Katsuta y al nueve veces ganador de Montecarlo, Sébastien Ogier, que irá a la caza de otro récord en los caminos que qudan muy cerca de su ciudad natal, Gap. El bicampeón Kalle Rovanperä, como es sabido, hará un programa parcial de competencias, que comenzará en Suecia el mes que viene.

Hyundai Motorsport devuelve a sus huestes al estonio Ott Tänak, quien ya había conseguido nueve triunfos con la marca surcoreana entre 2020 y 2022. El belga Thierry Neuville aspira a calzarse la corona después de haber sido segundo en cinco torneos, siempre con los i20. Andreas Mikkelsen es ascendido con ellos a la clase superior por primera vez desde 2019 tras adjudicarse dos cetros mundiales en WRC2 con Škoda. El noruego se alternará en la tercera cupé de la escuadra con Daniel Sordo y Esapekka Lappi.

M-Sport Ford presenta una alineación joven con Adrien Fourmaux, de Francia, y Grégoire Munster, de Luxemburgo, como responsables de conducir a tiempo completo los Puma híbridos.

Hay 69 inscritos, diez menos que el año pasado. Como es habitual, la división de coches Rally2 se lleva las palmas en cuanto a anotados. Son 21 de ellos, destacándose el estreno en la máxima serie de Rally de los GR Yaris de Toyota. Se verá en acción a tres de ellos, manejados por Stéphane Lefebvre, Bryan Bouffier y Jan Solans, aunque paulatinamente se incrementará el número del esperado modelo de la firma japonesa.

Estarán con Citroën C3 Yohan Rossel y Nikolay Gryazin (que se incorpora a estas filas con cierto apoyo de fábrica), con Hyundai el galo Nicolas Ciamin, con Ford Eamonn Boland, con Škoda Oliver Solberg, Chris Ingram, José María López y Olivier Burri y con Volkswagen Jourdan Serderidis, por mencionar a algunos.

Tres pilotos se debatirán por los honores en WRC3. Con Ford Fiesta largarán el checo Jan Černý y el italiano Carlo Covi y con Renault Clio el corso Ghjuvanni Rossi.

Lo que hay que saber

La 92ª edición de la carrera monegasca comienza en la Plaza del Casino del principado el jueves al caer la tarde y se dirigirán a los tramos nocturnos de Thoard y Bayons, de 21 y 25 kilómetros, respectivamente.

El viernes se correrán seis parciales más, el sábado otros tantos y el domingo tres, incluyendo el remate en el famoso Col de Turini (de casi 15 km) para totalizar 17 pruebas especiales que equivalen a 324,44 km de velocidad.

Loeb suma aquí nueve éxitos, seguido por Sébastien Loeb con ocho veces y, con cuatro, por Walter Röhrl, Sandro Munari y Tommi Mäkinen.

El lugar

El Principado de Mónaco alberga desde siempre a este rally, aunque en rigor de verdad la misma se celebra mayoritariamente en suelo francés. Sitio de residencia de ricos, famosos y casi todos los pilotos profesionales de sueldos altos en el automovilismo internacional, este glamoroso peñasco se ubica entre el mar Mediterráneo y las bajas estribaciones de los Alpes, enclavado en la Riviera provenzal y la Costa Azul.

Es el segundo estado más pequeño del mundo detrás del Vaticano, pero el primero en densidad poblacional. Su frontera con Francia es de solo cinco kilómetros y medio y con Italia, menos. Su costa no llega a los 4.000 metros de extensión.

Su territorio pertenecía a Italia hasta que a fines del siglo XIX los franceses lo anexaron al condado de Niza, que está a 13 km. De hecho, hasta 1860 se hablaba italiano y no francés (o dialecto monegasco) como desde entonces.

En esta monarquía constitucional, el Rally de Montecarlo tuvo su primera edición en 1911 y el Gran Premio en sus calles en 1929. Los eventos automovilísticos le han reportado al estado fama global y cuantiosas divisas al tratarse de dos de las mayores y tradicionales que se conocen.

No dispone de ejército propio, pero tiene un pequeño grupo de guardacostas y 500 policías y carabineros, uno de los números más altos por persona, considerando que sus habitantes estables no llegan a 39.000.

Desde 1869, al ser tan elevados los ingresos por la industria del juego y su Casino, el príncipe Carlos III eximió de impuestos sobre la renta a sus residentes, lo cual originó la radicación de un notorio flujo de familias ricas de Europa.

Santa Devota es la patrona local y le da su nombre a una famosa curva del circuito callejero donde giran la Fórmula 1, la Fórmula E y los monoplazas históricos.

El monegasco Louis Chiron se impuso antes su público en 1931, así como en el Gran Premio de Francia, el Gran Premio de España y las 24 Horas de Spa. Charles Leclerc es hoy figura de Ferrari, en tanto que los pilotos Olivier Beretta y Stéphane Ortelli se destacaron durante años en GT. El navegante más consagrado de la historia, Daniel Elena, ladero de Sébastien Loeb, también es de este origen.