Era desde Turquía en 2019 que a Andreas Mikkelsen no se lo veía encabezando la clasificación general de una prueba por el Campeonato del Mundo de Rally, pero eso cambió hoy en Polonia cuando el noruego aventajó al final de la primera etapa a Kalle Rovanperä por 1.8 segundos.
El piloto de Hyundai Motorsport estaba al mando de una impresionante lucha que habían librado hasta la PE7, penúltima, ni más ni menos que cinco tripulaciones que se encontraban encerradas en tan solo 7.7s. De ellas, Elfyn Evans (Toyota) era segundo, Rovanperä (Toyota) tercero, Mārtiņš Sesks (Ford) cuarto y Adrien Fourmaux (Ford) quinto.
Hizo calor húmedo entre los lagos de Masuria al norte del país, pues las temperaturas rozaron los húmedos 30°. Hubo dos tramos cancelados por razones de seguridad que hicieron que el desgaste de los neumáticos no fuera una preocupación real, ni siquiera para quienes habían elegido el compuesto blando de Pirelli.
Mikkelsen marcó el ritmo desde el inicio, mientras su compañero de equipo, Ott Tänak (que había ganado el superespecial de ayer), abandonaba con daños en el tren delantero del i20 N híbrido por un impacto al salirse del camino.
Por la tarde, adversarios de Toyota Gazoo Racing y M-Sport Ford atacaron al nórdico, acercándosele cuando este perdió algo de ventaja por su posición retrasada de partida en rutas de tierra ya limpias desde la mañana.
Entretanto, el campeón superó a Evans en los últimos kilómetros de la jornada, aunque por 0.2s nada más, luego de adjudicarse dos parciales. El galés se mantuvo casi siempre entre los tres más rápidos.
Sesks gozó de un sorprendente debut en la clase superior al volante de un Puma (sin propulsión híbrida) y en ocasiones casi empató el tiempo de los expertos, por ejemplo en la PE2, donde quedó a 0.3s de Mikkelsen. El letón de 24 años fue quinto después de cederle una posición a Fourmaux, que le lleva 0.2s.
Grégoire Munster, con ese mismo modelo, apareció sexto y precediendo al líder del torneo, Thierry Neuville (Hyundai). El belga se enfrentó en gran parte del día a un piso resbaladizo al barrer la superficie. El octavo lugar fue para Takamoto Katsuta (Toyota).
A partir de allí, se ubicaron competidores de la división WRC2, siendo el más eficaz de ellos Sami Pajari con un GR Yaris Rally2 con el cual soportó la presión del local Kajetan Kajetanowicz (Škoda) para llegar a Mikołajki con un margen a su favor de 8.9s. El joven finés fue inamovible de la punta y en un punto había llegado a estar 11.1s del ex-tricampeón europeo.
Kajetanowicz, varias veces ganador de esta carrera antes de que se convirtiera en puntuable para el certamen mundial, ganó un par de especiales y se antepuso al irlandés Josh McErlean, que arribó a 22.2s de Pajari.
Robert Virves, de Estonia, fue cuarto con otro Škoda, el ruso Nikolay Gryazin quinto con Citroën y Pierre-Louis Loubet sexto con Fabia RS. Entre ellos también las diferencias son muy escasas, ya separan de McErlean al séptimo, Oliver Solberg (primero en la ruta detrás de los Rally1), 21s. Gus Greensmith declaró que siente una notoria falta de potencia en el motor de su Škoda.
En WRC3, Jakub Matulka se encargó de satisfacer al público polaco a los mandos de un Ford Fiesta Rally3. Matulka, quien apenas ha intervenido en dos eventos de esta serie hasta el momento, se impuso tres veces y se fue escapando poco a poco de dos representantes sudamericanos, el paraguayo Diego Domínguez (h), que concluyó a 23.0s, y el boliviano Nataniel Brunn (navegado por el argentino Pablo Olmos), que quedó a 36.1s.
Mattéo Chatillon ubicó cuarto a un Renault Clio, aunque algo más alejado de ese trío.
La segunda etapa abarca siete pruebas de velocidad a través de 124,10 km, incluida una tercera pasada por la pista corta en Mikołajki.