Tras la segunda etapa del Rally de Portugal, Sébastien Ogier se encamina hacia la que podría ser su sexta victoria en suelo luso, convirtiéndose en el piloto más ganador de la historia allí.

 

El ocho veces campeón mundial salió airoso de una jornada sabatina que para muchos protagonistas excluyentes de la categoría fue caótico. Toyota Gazoo Racing largó la mañana con tres de sus cuatro autos en el podio provisional de la carrera, pero eso cambió desde temprano cuando el líder, Kalle Rovanperä, y el tercero, Takamoto Katsuta, se salieron del camino.

El finlandés empezó bien en Felgueiras, pero en el tramo siguiente se equivocó en una curva a la derecha en Montim y volcó su GR Yaris híbrido. El incidente del japonés fue menos dramático, pero de todos modos el impacto en la parte trasera del auto acabó por destrozar la suspensión.

Ogier ahora le lleva 11.9s al Hyujndai i 20 N de Ott Tänak, que fue muy constante a lo largo de toda la jornada y avanzó mucho en el clasificador. Su compañero Thierry Neuville superó a Dani Sordo en el primer tramo del día, por lo que es el nuevo tercero, a 59.5s del Toyota Nº17.

El español es cuarto y precede al Ford Puma de Adrien Fourmaux, al Yaris de Elfyn Evans, demorado por un trompo, y a los mejores posicionados de la clase WRC2.

Entre ellos, en los tiempos manda Nikolay Gryazin al volante de un Citroën C3 (séptimo general), aunque con la peculiaridad de que el ruso aquí no está anotado para sumar puntos. Entre los que sí lo haces, marcha adelante el español Jan Solans con un Toyota GR Yaris Rally2.

A Solans, que saltó de cuarto a primero, le espera mañana una etapa corta, pero ajetreada, ya que contiene por solo 8.0s al Škoda Fabia RS del irlandés Josh McErlean y por 11.6s al Citroën de Yohan Rossel.

Entre las principales víctimas de esta edición hay que mencionar a Oliver Solberg (Škoda), puntero hasta ayer, que se desconcentró tratando de evitar el vehículo del Kalle Rovanperä en la PE y terminó volcando y abandonando, sin chances de retomar la competencia en su parte final.

Rossel pasó al frente fugazmente, ya que un pinchazo lo obligó a parar a cambiar una rueda de su Citroën en Paredes 1, perdiendo más de 1m30s, aunque el francés podría verse más retrasado en los resultados si se le aplica una penalización por un video en el que se observa a él y su navegante Arnaud Dunant con los arneses demasiado flojos al volver al habitáculo.

Gus Greensmith fue otro de los líderes momentáneos hasta que perdió el control de su Fabia, incluso a baja velocidad, antes de quedar encajado en un terraplén.

Josh McErlean pasó al primer lugar durante tres especiales, pero sus neumáticos se iban deteriorando muy rápidamente y no pudo resistir el ataque del catalán.

Con sendos Škoda Fabia de última generación, Lauri Joona y Fabrizio Zaldívar se sitúan cuarto y quinto, adelante del Yaris de Roope Korhonen, ya sin problemas de motor.

Imponerse con su Ford Fiesta Rally3 en cuatro de estos nueve tramos le valió a Diego Domínguez (h) estirar su diferencia como líder de la clase WRC3 a un holgado 1m49.5s su ventaja con respecto al Renault Clio de Mattéo Chatillon.

Otro sudamericano, Bruno Bulacia también demostró un buen ritmo y se colocó tercero. El boliviano está a 2m13.7s del paraguayo y podría haberse acercado si no hubiera sufrido el recalentamiento del impulsor de su Fiesta en la PE16.

Hasta la sexta plaza aparecen los nombres de Jan Ćerny (Ford, recargado por llegar tarde a un control horario), Ghjuvanni Rossi (Renault) y Tristan Charpentier (Ford).

Portugal termina con cuatro pruebas especiales, las repeticiones a Cabeceiras de Basto (casi 20 km) y el famoso sector de Fafe (poco más de 11 km) con sus imponentes saltos, que también oficiará de Power Stage.