Elfyn Evans y Scott Martin se encargaron el fin de semana pasado de cerrar la temporada del Campeonato del Mundo de Rally con un increíble triplete en podio para Toyota cuando terminó la carrera asfaltada en Japón, que se caracterizó por una primera parte que diezmó a un grupo importante de sus principales protagonistas como consecuencia de las fuertes lluvias que se abatieron en la región de Aichi.

 

Para el galés, fue la octava victoria en su campaña dentro de la clase mayor, lo que lo convirtió por tercera vez en subcampeón. Evans se impuso por 1m17.7s a Sébastien Ogier y por 1m46.5s a Kalle Rovanperä, que horas más tarde confirmó que en 2024 hará un programa parcial de competencias y no todas ellas.

El ganador sentó las bases de su éxito en Asia cuando consiguió una ventaja considerable de casi dos minutos en el tramo inaugural del viernes, empapado por el vendaval. Desde entonces, controló bien a los rivales que quisieron acerársele.

 

El piso completamente mojado, sectores con niebla espesa y cubiertos con muchas hojas mojadas fueron ingredientes infaltables que causaron problemas a varios.

En la segunda etapa, Ogier dañó el chasis de su GR Yaris al chocar contra una barrera de contención y la demora de las reparaciones supuso una penalización de un minuto.

 

El mejor representante de Hyundai Motorsport fue Esapekka Lappi, que llegó cuarto y se benefició de las pérdidas de tiempo de la estrella local, Takamoto Katsuta (Toyota), a quien aventajó por 20s.

Al nipón le cupo un buen trabajo de todos modos, ya que fue el más rápido en nueve de las 21 pruebas especiales. Su mayor retraso fue un golpe sufrido en el frente de su máquina en la mañana del viernes.

Ott Tänak fue incapaz de lograr un buen equilibrio en su Ford Puma, por lo cual no pasó de sexto en su última salida con M-Sport antes de regresar a Hyundai desde enero próximo.

El repetido campeón de WRC2, Andreas Mikkelsen, sumó otro halago en la categoría con un Škoda Fabia RS de Toksport, con el que fue séptimo general.  Detrás del noruego quedaron otros dos autos similares, los de Nikolay Gryazin y Kajetan Kajetanowicz. El ruso y el polaco pugnaban por el cetro de la subdivisión Challenge, que terminó quedando en poder de Kajetanowicz y su copiloto Maciej Szczepaniak.

Al principio, Thierry Neuville era escolta de Elfyn Evans con el más eficaz de los i20 N híbridos y venía recortando diferencias en el instante en que chocó contra un árbol en la primera curva de un tramo. El belga llegaría a la meta 13º.

A ese episodio, se sumaron otros no muy distintos como los de su compañero Daniel Sordo o el Puma de Adrien Fourmaux, que se salieron del camino y hasta se golpearon uno al otro en el mismo viraje de la PE2.

Entretanto, Rovanperä era cauteloso por ir primero en el orden de largada, lo que lo obligaba a limpiar el terreno plagado de hojas húmedas que hacían patinar su vehículo.

Décimo absoluto fue un Peugeot 208 Rally4, conducido por Hiroki Arai, hijo de Toshihiro, ex-bicampeón mundial de Grupo N con Subaru Impreza. El canadiense Jason Bailey fue el único arribo en WRC3 con un Ford Fiesta Rally3.

El Rally de Montecarlo abrirá la temporada próxima del 25 al 28 de enero.