La historia del Rally como disciplina automovilística ofrece, en cualquier parte del mundo, pocas oportunidades de ver un navegante que alguna vez se destaque como piloto o viceversa. El cambio de roles no es frecuente ni fácil. Sin embargo, Sebastián Vera hoy demostró ser una excepción a la regla al terminar segundo en la clase RC5 del Rally de Concarán, séptima de diez fechas del Campeonato Argentino.

Vera se sentó a los mandos de un Ford Fiesta 1.6 del equipo Sabbatini Competición, con el cual había asumido el compromiso de participar dos semanas atrás en el que hubiera sido el Rally de Córdoba por tramos clásicos mundialistas, evento que fue cancelado por incendios forestales en las Sierras.

Así, su siguiente opción era ser de la partida en estos caminos de promedio algo más alto en la provincia de San Luis (casi 109 km/h en el caso del vencedor). En dicha división, se anotaron 12 binomios. El chileno llevó de copiloto a Paulina Lopetegui, quien está haciendo sus primeras armas en el deporte motor.

La carrera se disputó en dos etapas que totalizaron 323, 74 kilómetros (141,90 de pruebas especiales y 181,84 de enlaces). De los 11 tramos previstos, esta mañana se abortaron los dos últimos, cuyos pisos se habían deteriorado mucho con la fuerte lluvia caída anoche tras una jornada de sábado con piso seco. El barro predominaba y hubiera dificultado el acceso de ambulancias u otros vehículos de rescate.

La dupla del Fiesta blanco literalmente llevó a cabo un trabajo de menor a mayor. Mientras iban descubriendo el comportamiento de un medio mecánico al que no conocían bien, en la Etapa 1 fueron en cada parcial décimos, octavos, séptimos y quintos antes de atacar más y ser los más rápidos en las PE5 y 6. Mantenerse regulares en la jornada dominical les alcanzó para ser escoltas de los cordobeses Manuel Torrás y Juan Salgado Nash, que prevalecieron por 16.4 segundos. El santiaguino, por su parte, llegó 8.4s por delante de Guillermo Ambrosio entre la totalidad de los inscritos en esa categoría, pues todos los que largaron cruzaron a la meta.

Alejandro Cancio y Diego Cagnotti se impusieron en los cómputos generales con un Škoda Fabia, reavivando la lucha por el cetro con Marcos Ligato y Rubén García, segundos con Citroën C3. Terceros fueron Augusto D’Agostini y Juan Pablo Carrera (Škoda), líderes durante gran parte del evento hasta verse desfavorecidos esta mañana por abrir la ruta en condiciones muy distintas a cómo habían marcado las notas.

Vera, quien como copiloto de Martín Scuncio había obtenidos dos éxitos absolutos con el Hyundai i20 en Toledo y Balcarce I en 2020, declaró: “Todavía no creo que esto sea cierto. Ya era un sueño haber disputado el Shakedown, así que estar al medio del podio al final de la carrera entre dos protagonistas de la temporada en la RC5 es más de lo que esperaba, sobre todo en un evento del que desconocía el terreno y en un vehículo al que recién me subía. Paulina cumplió con una gran labor. Me ayudó a encontrar ritmo para ganar los dos tramos que cerraron la jornada de ayer, donde era común encontrarse con bastante piedra suelta, zonas angostas y muchos vados. Empezamos con calma para adaptarnos y luego sí arriesgamos un poco más hasta ser terceros. Hoy, con la lluvia, todo cambió totalmente. Torrás, uno de mis compañeros, se escapó temprano con un tiempo excelente, yo me pasé en una chicana y me enfoqué a la puja con Ambrosio. Largamos la PE9 a tres décimas, pero allí lo superamos por ocho segundos y avanzar a la posición de escolta. La gente de Sabbatini nos entregó un Ford muy confiable y fueron de lo más profesionales, así que han sido una estupenda elección. Marcelo Brizio también me dio una mano grande últimamente Marcelo Brizio. El esfuerzo que implicó quedarnos en Argentina estos días tras la postergación de Córdoba fue inmenso, pero rindió sus frutos y estamos muy contentos por haber desplegado nuestra bandera tricolor en Concarán”.

Su padre, Sergio, había intervenido en las citas mundiales de Argentina entre principios y fines de los años 1980, pero no en competencias nacionales d ela serie trasandina, donde Sebastián es desde ahora el tercer chileno en haber subido al podio en cuatro décadas de vida de este torneo. Luis Ignacio Rosselot lo había conseguido antes en dos oportunidades: el Rally de Traslasierra de 2001 con un Mitsubishi Lancer de 1.600 cc sobre el que resultó segundo en la clase A6 (con Manuel Mercado) y luego al ser tercero en N4 con el Lancer Evo VIII en el Rally del Atlántico de esa temporada en Punta del Este (con Ricardo Rojas), que fue válido por los certámenes Sudamericano, Uruguayo y Argentino a la vez. Jorge Martínez y Alberto Álvarez se alzaron con el triunfo absoluto el año pasado (Škoda Fabia R5) en Cruz del Eje II y Pagos del Tuyú.